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INQUISICIÓN DE CHILE
goJ acusaron á Alonso de Videla de haber sosteni–
do que en sus pleitos se podía perjurar.8
Andrés Hernández denunció de sí ante el Comi–
sario .de Santiago ele que estando jugando á los
naipes había dicho uno ele los que jugaban: «vál–
game Dios,» y él respondió: «más vale el diablo.»
Testificación y ciertas coplas que hizo fray Juan
ele Ocampo, mercenario en Chile, en alabanza de
Nuestra Señora. Denuncióse él mismo ante el Co–
misario de Santiago y exhibió las dichas coplas.
«Podránse mandar recojer los traslados que ho–
biese, por hablarse en ellas como hombre igno–
rante y con lenguaje impropio, y mandársele al
reo que no se meta en cosas que no le son propias,
por lo dicho. »
Alonso Dispero denuncióse también de haber
dicho, con ocasión que se le había huíclo un mucha–
cho) que Dios no le podía hacer más mal que en
habérsele escaQado en tal tiempo aquel muchacho.
Juan Cano de Araya, clérigo, fué denunciado de
haber solicitado á actos torpes y feos á sus hijas ele
confesión) indias, en el acto de la confesión.
Manuel Alvarez ele Varela, soldado, acusado de
que habiendo bautizado una india infiel, luego ha–
bía tenido comunicación carnal con ella
1
y añade
un testigo que inculpando al reo lo que había he–
cho con la dicha india, sostuvo que haber tenido
comunicación con ella no era pecado.9
8 «Prosígase esta causa, expresaba Ruíz de Prado, siete aiíos des–
pu-és de haber sido testificado el reo, «que tiene otras cosas que, jun–
tamente con esto, son de consideración.»
9
Á
causa de la frecuencia con que se venían repitiendo los p1·oce
sos contra los que afirmaban que la simple fornicación no era p•:ca-