CAP. XI-VARIOS PROCESOS
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mundo no la viesen mal pasar, que en el otro no
la verían mal penar.»
Juan de Madrid, herrero, natural de la misma
ciudad, denunció de sí que habiendo hallado una
almohada de la cama «sucia, con suciedad de hom–
bre, dijo que había de hacer decir una misa para
que todos los diablos del infierno descubriesen
quién había ensuciado la dicha almohada.»
Nicolás Columbo,
marinero~
griego de nación,
acusado de que se le había Yisto, haría quince ó
dieziseis años, viniendo navegando por la mar del
Norte para Tierrafirme, sacar la
l andr~silla
de la
pierna del carnero.
Francisco de Castañeda, acusado por el familiar
Pedro de Salvatierra, de ser dos veces casado: lo
mismo que su hijo Francisco Romero de Casta–
ñeda.
Fray Pedro de Vergara, de la Orden de San Fran–
cisco, acusado de que predicando había dicho
que «hasta que la Virgen María Nuestra Señora,
fué concebida y nascida, no tuvo el género h urna–
no entera y cierta certidumbre de su remedio
y
salvación.» Habiendo sido el dicho fr11ile adverti–
do de esta proposición, en otro sermón lo declaró
al pueblo.
Iten, fué testificado de haber dicho, tratando
de la encarnación del Hijo de Dios en la Virgen
Nuestra Señora, que si Dios quisiera pudiera en–
carnar en una vieja:
y
asimismo en el mismo ser–
món dijo el reo, tratando de cómo Nuestra Señora
había concebido á Cristo: <<empreñóla el Espíritu
Santo.»
'l'ambién está testificado el reo de que predican-