CAP. XI-VARIOS PROCESOS
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mirase lo que decía, que era mal dicho, el reo se
declaró y dijo que bien sabía que Dios todo lo pue–
de y que las mujeres son mortales, y que lo decía
porque las mujeres son récias ele condición.»
Gaspar Banda de Aguilar, hermitaño, ele más ele
ochenta años, se denunció ele que aconsejándole
una persona que perdonase á cierto hombre que
por querella suya estaba en la cárcel, dijo que no
le podía perdonar sin licencia ele su prelado) por-
que si le perdonaba, por el mismo caso se iría al
infierno; «y replicándole que Dios había venido al
mundo y perdonado á todos los que le habian in–
juriado y que rogó á su Padre por ellos , y que así él
estaba obligado á perdonar al dicho hombre, y
aunque le hubiera dado un bofetón á volver el otro
carrillo para que le diese otro; respondió el reo
que Dios no había venido al mundo para perdo–
nar los bellacos) sino á aquellos justos que le pi–
diesen perdón.»
Gabriel de Villagrán, estante en la Imperial, pro–
cesado porque diciéndole álguien que antes que
se confesase para ganar cierto jubileo, se había de
concertar con un prelado sobre cierta restitución
que. debía hacer á sus indios, con cólera y enojo
replicó, que, á trueque de no tratar el dicho nego–
cio, ni quería hablar al Obispo, ni ganar el jubi–
leo, ni aún ser cristiano. Consta que habiéndose
calificado estas palabras como bl<isfemia heretical,
fué mandado parecer en el Santo Oficio, para que,
sin meterlo en las cárceles ·secretas, se le tomara
su confesión, y que) consultado el caso al Consejo,
llegó á Lima la orden de suspender el proceso
.,.