CAP. XI-VARIOS PROCESOS
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los brazos, que parescía que se quería morir, que
la matase ó la echase en un río que allí estaba,
y
que observándole cierta persona que la bautizasen
para que si se moría se fuese al cielo, Quiroga dijo:
«mátenla ó háganla cristiana
y
échenla en ese río.»
Doña Francisca de Escobedo y otras fueron tes–
tificadas de hechizos
y
de haber tratado con indios
de estas cosas.
Fray Pedro Hernández, de la Orden de San Fran–
cisco, por haber solicitado á ciertas indias sus hijas
de confesión.
·
Fray Hernando de Paredes, ele la misma Orden,
fué acusado de cosas que no se ponen «porque fué
invención. »
Francisco Saez de Mena, corregidor de la ciudad
de Mendoza en Chile, fué denunciado por dos tes–
tigos, el uno de oídas, de que había dicho el reo
que un corregidor podía tener una mujer para hol–
garse con ella, por no saltar paredes ni buscar
mujeres casadas, y que daría por leyes este ne–
gocio .
Alonso Rodrigo Nieto, denunció de sí de que di–
ciéndosele que por qué habfa hecho ahorcar, como
sargento mayor,
á:un~hombre,
había respondido que
era menos daño ahorcar á un hombre que no que
por su causa se perdiesen
mucha~
ciudades; y que
diciéndole cierta persona que mirase que había un
alma costado mucho á Dios, sostenían que él babia
respondido que más le habfa costado al Rey, y que
no se aéordaba haber dicho tal palabra. 'l'uvo tam–
bién en su contra tres testigos.
Juan de Barros, vecino de Santiago de Chile,
denunció de sí ante el dicho comisario de que es-