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INQillSICIÓN DE CHILE
intento, fuera del acto de la confesión, se apro\·e–
chan de los confesonarios
y
otros lugares en que
se administra el dicho sacramento de la peniten–
cia, como más libres, seguros
y
secretos para tra–
tar con los dichos hijos é hijas espirituales las
mismas torpezas
y
tener otras pláticas
y
conversa–
ciones indecentes
y
reprobadas, fingiendo
y
dando
á entender que se confiesan;
y
perseYerando por
mucho tiempo en la continuación de los dichos
pecados
y
sacrilegios, prohiben á las personas con
quien los cometen que no se confiesen con otros
confesores ni puedan salir del engaño en que los
tienen de que no son casos tocantes al Santo Ofi–
cios;
y
que demás desto, otros confesores, con ig–
norancia de que el conocimiento
y
punición dellos
nos está cometida privativamente por diYersas bu-.
las é indultos de la Santa Sede Apostólica,
ó
dán–
doles siniestras interpretaciones, absuelven en las
confesiones sacramentales á las personas culpadas
en los dichos delitos,
y
á las que han sido solicita
das
y
tenido los dichos tratos
y
conversaciones
deshonestas, ó saben de otras que las han
tenido~
sin declararlas la obligación que tienen de mani–
festarlo ante Nos.
Y
que á otros letrados
y
perso–
nas doctas ó tenidas
y
reputadas por tales, cuando
se les consultan
y
comunican .fuera del acto de la
confesión algunos destos casos, se adelantan en
conformar
y
dar pareceres de que no son de los
tocantes al conocimiento
y
censura del Santo Ofi–
cio, aunque además de estarles esto prohibido en
los edictos generales de la fé, impiden el recto
y
libre ejercicio del dicho Santo Oficio,
y
quedan sin
punición
y
castigo pecados
y
excesos tan graves
y