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INQUISICIÓN DE CHILE
nuestro propósito, repetir aquí, con ocasión de
sus seryicios, !o que él mismo expresaba en carta
dirigida al Virey del Perú, desde Jujuy, con fe–
cha 8 de Octubre de 1566: «Pasan de treinta y
seis años los que ha que vine á este reino, y no
desnudo, como otros suelen venir, sino con razo–
nable casa de escudero y muchos arreos y armas y
algunos criados y amigos. Fuí en pacificar y po–
blar y ayudar á conquü:tar la mayor parte del.rei–
no del Perú, desde Chimbote adelante, y me hallé
en la conquista de todo lo principal de Chili y en
todas las guerras y más principales
guazaba~as
que
los indios nos dieron, y en el descubrimiento y
pacificación de esta pobre gobernación de Tucu–
mán de que 8
1•
M. me ha hecho merced;
y
están–
dola gobernando me fué forzado salir della porque
me enviaron á llamar los de Chili, muerto el go–
bernador Valdivia, para que los gobernase, por
nombramiento que al tiempo de su muerte me
hizo; y como Francisco de Villagrán también pre–
tendiese aquella gobernación, el Marqués de Ca–
ñete envió por gobernador á su hijo don García
Hurtado de Mendoza, el cual nos envió á Lima;
y
como S. M. hiciese merced de la gobernación de
Chile á Francisco de Villagrán, determiné de me
recojer á mi casa en Copiapó,
y
habiendo estado
en ella descansando sólo siete meses, que nunca
otro ta:nto tiempo he tenido sosiego ni descanso
en estas partes, vino por visorey del Perú el Conde
de Nieva} mi antiguo señor, el cmü me envió á
mi casa una provisión de gobernador de Tucumán