114
INQUISICIÓN DE CHILE
mostrase mandado de V. M. para que se le acu–
diese con los diezmos, porque de otra manera yo
no consentiría sino que se metiesen en la Real
Caja, como hasta allí se había hecho; y deste desa–
cato que tuve con el clérig·o me hizo el Obispo
caso de Inquisición y otros más principales, que
fu éJ lo uno, decir yo que V. M. era vicario general
en estos reinos y que yo estaba en su real nombre,
y también que dije que si necesario fuese moriría
por la fé de Jesucristo tan bien como murió San
Pedru y San Pablo. Estas fueron las principales
causas que el Obispo tuvo, y la más principal el no
haberle querido acudir [con] los diezmos, sin provi–
sión de V. M., y por esto quiso favorecer los tiranos
y tan notorios deservidores de V. M. y que hicie–
ron delitos de muertes y robos y usurparon vues–
tra jurisdicción real.n
-t
Julián Martínez, el clérigo y vicario
á
quien
Aguirre viene refiriéndose, dando cuenta del suce–
so de la prisión) escribía por su parte al Cardenal
Espinosa, inq'.lisidor general, estas palabras: ((yo
fuí por vicario general de las provincias de 'l'ucu–
mánJ Diaguitas y Xuríes, donde Dios Nuestro Se–
ñor ayudándome, procedí contra Francisco de
Aguirre, gobernador de las dichas provincias, y
contra su hijo Hernando de Aguirre, por vía de In-
<1 En la carta citada dirigida al Virey Toledo, hablando sobre este
mismo asunto, dice Aguirre: «Robáronme á mí
y
á
mis hijos
y
criados
cuanto teníamos
y
quitaron al verdadero vicario
y
pusieron tiránica–
mente
á
otro que se dice J ulián Martínez, hombre que ya otra Ycz había
revuelto aquella misma tierra,
y
procedió contra mí por la Inqu.isici.Sn
andando con quince arcabuceros de casa en casa, preguntando por
un interrogatorio
á
los testigos que me habían prendido
y
sido mis
enemigos.»
Carta citada.