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LA INQUISICIÓN
extranjeros; pero en el Con ejo se resolv-ió decirles.
<<q uo estaba bien lo practicado en este negocio y que
quedaba el Consejo de tomar alguna providencia
pal'a lo venidero, representando
á
S.
M .
lo actuado
y suplicándole lo conveniente.>>
1
Otr·a queja tUvo también el comisario Ustáriz con–
tra el Marqué ele Ovando, que tran mitió á México,
y
de allí fué al Con ejo. Trató e de que un teniente
de arti ll ería, llamado
D.
Félix de Eguiluz, tuvo en–
car·go de embarcar para Acapulco á u.n reo del Sa.n–
to Orlcio,
D.
Cé ar Fallot, con cuyo motiYo se pre–
sentó en palacio
á
manifestar á o,·ando la ausencia
que debía hacer do la plaza, pa.
á
ndole para qne la vie–
se la comisión qne tenia del Santo Oficio. P ero ape–
nas leyó el Marqués las primeras palabra, del man–
damiento que decían: «Yo ... mando al teniente tal,>> le
devolvió el papel, diciéndolo que á él, como oficial
del Rey, no le mandaban ._ino us jefes,
y
que fuese
á
hacer rectificar la orden.
ería
ocio~ o
que relatá–
semo
las demás incidencias de tan nimio a, nnto,
puó bástcno. con saber que Ovando metió luego en
la cárcel al comed ido familiar y después le priYó de
la mitad del sueldo.
Ustáriz e quejó, natnralmente, al Tribunal del pro·
ceder do Ovando, diciendo que éste «exagrraba>>
tanto su autoridad que,
egún le tenían asegurado
varias personas, e babia propasado á decir que era
tal
su poder que podía «hacer, deshacer y mudar el
Credo.>> De México se dieron instrucciones genera–
les al comisario sobre su conducta en lo. de adelante
1.
Acuerdo de
3o
de
Julio
de 1755.