EN -EL RÍO DE LA PLATA
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Don Juan Ruiz de Prado, que tuvo por su carác–
ter de visitador que examinar el proceso seguido á
Aguirre, consignaba
á
este respecto las siguientes
palabras, que importan la más amarga censura para
el Tribunal que estaba encargado de juzgarle: «Pa–
resce que fué grande resolución la que en este ne–
gocio se tomó, porque por la testificación dicha no
se podía prender por la Inquisición, á donde las pri–
siones han de ser tan miradas y consideradas cuan–
to por las instrucciones se encarga, cuanto más á
un hombre cornó éste, que, allende de ser de más
de setenta aiíos y que había servido mucho al Rey
en esta tierra y con gt·ande fidelidad, era goberna–
dor de Tucumán por Su Majestad, y bien nascido,
y traerie preso por la Inquisición desde aquella tie–
rra hasta aquí, que debe haber más de quinientas
leguas, y dejarle secuestrado.s los bienes, téngolo
por caso grave .. .
»
Pero oigamós al mismo Inquisidor que va á re–
ferirnos la manera como se tramitó el proceso y las
incidencias que en él mediaron.
«Este proceso, continúa Ruiz de Prado, está muy
mal concertado, y no paresce por él cuando fué pre–
so el reo ni cuando entró en la cárcel. Sólo en la
primera audiencia que con él se tuvo; dice Arrieta
.
que mandaron traer de las cárceles al dicho Fran–
cisco Aguirre, y no hay otra claridad de su prisión
ni entrada de cárcel sinó ésta;
y
antes de la primera
fecha
en
que fué preso ni cuando entró en las cárceles del Tribunal
de Lima.
'
Esto, sin embargo, parece que es un error: al menos en la hoja
47 vuelta del
:M'emorial de las causas que en este Sancto Oficio
de la Inquisición del Pi1·ú se han determinado, etc.,
consta expre–
samente que Pedro de Arana entregó al reo en las cárceles en Mayo
de 1S7r.