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LA INQUISICIÓN
tiendo que ni soy Papa ni obispo, ni tengo autori–
dad de ninguno de ellos, sin6 que lo dijo con enojo
que tenía con dicho vicario
é
porque los que esta–
ban debajo de mi gobernación me temiesen y respe–
tasen.
<dten, confieso haber mandado qúe al padre Fran–
cisco Hidalgo, Yicarici qúe era á la sazón en aquella
gobernación, no lo
llamas~n
vicario, y que no con–
sentía que el dicho vicario administrase sacramen–
tos sin nü licencia, y que algunas Yeces daba la di–
cha licencia y otras nó. Confieso haberlo hecho y
$er error
é
manifiesto,
y
por haber dicho las propo–
siciones antes cle"sta, me hice más sospechoso
de
lerJi,
y
en éste sentido lo abjuro
de lévi,
y digo que
no lo tuandé porque no sintiese que, siendo el dicho
vicario proveído por su prelado, no fuese vicario,
sinó porque estaba enojado
y
mal con él.
(<!ten, confieso haber dicho que las excomunio–
nes eran temibles para los hombrecillos, pero nó
para mí. Confieso ser Úror manifiesto y herejía, y
que rne hice sospechoso desto
de lerJi,
porque me
dejé ·estar· excomulgado casi dos años por haber
puesto las manos en un clérigo;
y
que no tenía la ex–
comunión en nada, aunque yo enlendía ,que no es–
taba excomulgado por na haber habido efusión de
sangre. Hen, ansimesrno que dije que no se fuesen
á absqlver los que estaban excomulgados,
y
haber
castigado por ello á algunas personas. Iten, ansi-
.¡'nesmo haber dicho· al dicho vicario que dijese rni–
.sa,
y
no dijese, que porque yo estaba excomulgado
no la decía y que se dejase de pedirme que me ab–
solYiese, porque no había ningún excomulgado sinó
el seflor Y icario,
y
ansí no me quise absolver por
espacio del dicho tiempo .. Digo que todo lo susodi-