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LA INQUISICIÓN
tení'a el Obispo por qué dar cuenta ele ello al Rey,
es lo cierto que se creyó en el caso de participado al
Consej-o de
Jndi.as,por las causas que se va
á
ver.
En efecto,, dos días después de firmada por el es–
cribano la diligencia de la abj.nración, fray DQmingo
de Santo Tomás escribía á aquel alto Tribunal,
aeompaüando copia _ele
ra.s
proposiciones por las que
Aguirre había sido condenado, «para que V. A. esté
.achrerLirlo si, habiendo hecho y dicho ol dicho Fran–
cisco ele Agnirreio que
á
V. A. envio, c01wendrá
vuelva á goben1ar aquella tierra, siendo, como es,
nuev9- y donde los gobernadores, así en lo que toca
al servicio ele V. A.,
como
al servicio de Dios, nues–
tro seiíor, y buen ejemplo ele los espaiíoles
é
indios
nuevamente convertidos, hay obligación vayan de–
lante en la virtud
y
no empiecen
á
sembrar errores
tan pel'judiciales como parescen éstos.))'
Si esta representación del celoso
Obi~po
de Ja
Plata ·
h~1biese
sido atendida, Aguirre habría, sin
r.
Carta datada en la Plata
t¡
Q
de junio
d~::
rS6g,
original en el
Archivo de 'Indias de Sevilla. Del Obispo Santo Tomás escribieron
fray Reginaldo de Lizárraga en tln
libro que se conserva inédito,
y
el padre l'vleléndez en sus
Tesoros verdaderos de las Indias.
Era
natural de Sevilla
y
pasó al l'erú en los primeros tiempos de la
conquista. En
!545
fué nombrado prior del convento del Rosario de
Lima: en
rSS2
vicario general,
y
proYincial en el año siguiente.
Concluido el tiempo de su gr,bierno hizo un Yiaje á España é im–
primió en Valladolid, en
r56o,
una
C1·amdlica
ú
Arte de la len–
gua general de los wdios de los 1·e;-nos del Perú,
libro de
e~dre
mada rareza
y
el primero que se escribiera sobre la lengua quichua.
Véase el
tomo
1
de nuestra
·Biblioteca hzspano-ame?'icana.
Al año siguiente, Santo Ton1áS regresaba al Perú
y
meses mús
tarde era nombrado obispo de Charcas. Durante el proceso de
Aguirre hizo un viaje
a
Lima para asistir al seg-undo de los conci–
lios celebrados en esa ciudad. En una de las salas de la l'nil·ersi–
dad de San Marcos se encuentra un retrato suyo. Para mús deta–
llgs
aaerca de este
personaj~.
Yéase Gallardo,
Ensa)'O de una
bi–
blioteca., etc.,
t. IV, col. 537.