EX EL RÍO DE LA PLATA
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duda, perdido su gobernación; pero en los días en
que probablemente se recibía en España, le llegcl–
ban á Aguirre, en Dnes do agosto de ese ano de
1569, las provjs.iones
reale~
que co_nfirmaba.n su
nombramiento
y
que- le perm·itieron ponerse desde
luego en marcha con dirección á Tueumán, en unión
de treinta y cinco eompaiierO's que había logrado
reunir. Iba todavía en camino euando le aleanzó
un ·rnandamiento del Obispo, que llevaba eneargo
do Hotificarle un clérigo, bajo ci,ertas censuras. Pero
Aguirre, lejos de obedecer aquella orden, se limitó
á decir al emisario que se dejase ya el Obispo de
aquellas excomun1ones, que
ya.
estaba en tierra lar–
ga; y encará,ndose con él le·dijo:
-Si yo mato á un clérigo: ¿,qué pena
tendré~
Asustado con esta. respuesta, hubo, pues, de Yol-,
Yerse el emisario episcopal á dar cuenta de
lo
que
le había acontecido. Pero en ese (?ntonces·se hallaba
ya
en funciones el Tribunal del Santo Oficio y ante
é] iba á presentarse una sórie de denunciaciones to–
davia más graves contra el gobernador
ele
Tucumán.