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46

LA INQUISICIÓN

al Consejo de Inquisición que «en estos reinos del

Perú es tanta la licencia para lbs vicios

y

pecados

• que, si Dios, nuestro seiior, no envía algún remedio,

estamos con temor no vengan estas provincias

á

ser

peores que las de Alemaiia ... Y todo lo que digo

está probado,

y

atrévome á decir coo el acatamien–

to que debo, considerando las cosas pasadas

y

pre–

sentes, que, enviando Dios, m1estro señor, á estos

reinos jueces del Santo Oflcio, no se acabarán ele

concluir los muchos negocios que hay hasta el día

del juicio.))

1

«En cua:nto al gobierno ele aquel reino, aiiacle

á

-su vez el virrey don Francisco ele Toledo, hallé

cuando llegué á él que los clérigos y frailes, obis–

pos

y

prelados ele las Ordenes eran sefwres de todo

lo espiritual,

y

en lo temporal casi no conocian ni

tenían superior;

y

V. M. tenía un -continuo gasto

en vuestra real hacienda, con pasar

á

costa de ella

cada flota mucha cantidad ele clérigos

y

frailes, con

nombre ele que iban

á

predicar, enseiiar y doctrinar

á

los indios,

y

en realidad ele verdad, pasaban rnu–

c}?os ele ellos á enriquecerse con ellos, pelándoles

lo que podían para volverse ricos ... Los dichos sa–

cerdotes tenían cárceles, alguaciles y cepos donde

los prendían

y

castigaban cómo

y

por qué se les

antojaba, sin que hubiera quien les fuese á las ma–

nos.))

«Los obispos de las Indias, agrega más adelante,

han ido

y

van pretendiendo licencias de V. M. para

venir

á

estos reinos (Espaüa) cargados ele la plata

que no habían enviado ellos, lo cual ha hecho al-

1.

Carta al cardenal Espinosa, Los Charcas,

23

de diciembre de

1!'-67.