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LA INQUISICIÓN
ramento canónico que se suele y debe hacer
y
pres–
tar en favor de el Santo Oficio, y cada vez que se
les pidiere y para ello fueren requeridos y amones–
tados, les den y hagan dar el auxilio y favor de
nuestro Brazo Real, ásí para prender cualesquier
herejes
ó
sospechosos en la fe, como para cualquier
otr;1 cosa tocante y coi1cerniente al ejercicio libre
del Santo Oficio, que por derecho canónieo·, estilo y
costumbre é instrucciones dél se debe hacer y eje–
cutar.>>'
Luego de llegar
á
Lima el inquisidor Serván de
Cerezuela, el domingo
29
de enero de
1570
procedió
con toda solemnidad á establecer el Tribunal. Acom–
pañado del Virrey, Audiencia y Cabildo dirigióse á la
Catedral, donde le recibieron el clero y todas las Or–
denes religiosas cantando el
Te Deum Laudamus.
«Se predicó' el sermón de la fe,
cuenta.elmismo Ce–
rezuela,
é
jurÓ el Virrey, Audiencia y ciudad en la
forma acostumbrada, y después el pueblo, alzando
los brazos dereeho$ arriba, y se leyó el edicto, lo cual
se hizo con mucha solemnidad, habiendo precedido
el día antes las notificaciones á las provisiones y
mostrado al Ordinario el poder de inquisidor, y pre–
gonándose con trompetas y atabales.>>
2
He aquí ahora el tenor del edicto que se leyó en
esa ocasión
y
que había. de servir de base al edificio
inquisitorial:
· <(Nos los Inquisidores contra la herética prave–
dad y apostasía e.n la ciudad ele los Reyes y su ar–
zobispado, con los obispados d'e Panamá, Quito, el
Cuzco, los Charcas, Río de Plata, Tucumán, Con-
. cepción y Santiago de Chile, y de todos los reinos,
1.
Leyes de Indias,
Libro I,
ti
t.
XIX, ley primera.
2.
Carta de Cerezuela de
5
de Febre;·o de
I570.