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EN EL RÍO DE LA PLATA
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ehó es verdad,
y
qne lo dije é hice, por lo cual me
hice más sospechoso
ele levi
en · aquella proposición
que elije que las excomuniones ·eran terribles para
los homl5rE}ciliGs
y
no
p~ra
mí,
y
en este se11tido la
abjuro
de levi.
«!ten, confieso. haber dicho q1,1e habiendo en uua
república un herrúo
y
un clérigo, que se hobiese
de desterrar el uno .dellos, que ant.es desterraría al
sacerdote que no al herrero, por ser el sacerdote
menos provechoso á la república, lo cual es p,ropo–
sición injuriosa al estado sacerdotal
y
escandalosa
y
q.uesabe á herejía,
y
en el sentido que causó es:–
cáandalo
y
tien~
el sabor dicho_, la abjuro
de levi,
Jo
cual dije por el odio particular que tenía con el pa–
dre Hidalgo.
c<lten, confieso haber dicho que ningún religioso
qno no fuese casado podía dejar ele estar amanceba–
do
ó
cometer otros delitos más feos. Digo que esta:
proposició1~
es injuriosa al estado de religión
y
~is
tidad,
y
corno suena, herética,
y
en ta1 sentido la
abjueo
de leDi,.
y
entienao. que los religiosos
y
cléri:.
gos no pueden ser casados,
y
que pueden vivir; sin ·
ser arnancebados ni cometer los demás delitos di–
chos.
e<lten, confieso liaber eomido carne en días prohi–
billos, por necesidad que tenía,
y
diciéndome -a.lgu–
llaS personas que para qué la comía en dias .prohi–
biclos, elije que no vivía yo en ley de tantos achaques.
Confieso haberlo dicho.,
y
que fueron palabras
escandalosas y que saben
á
herejía, y en esle senti–
do la abjuro
de leoi,
y
enlienclo que no se puedo co–
mer carne en los días prohibidos por la Iglesia, sin
nc~cesidad;
y
digo haber dicho las dichas palabras
porque la·ley ele Cristo, que yo tengo, no puede ser