DOCUMENTOS
CXV
doba del Tucumán que, oyendo misa juntamente
con Diego López de Lisboa, que el susodicho, al al–
zar de la sagrada hostia, había bajado los ojos en el
suelo y que le había parecido muy mal; y que ansi–
mismo había dicho la dicha Elvira de Irarrázabal
que le había tenido
poT
hombre de poca fe por haber
hecho aquello. Ansimismo dijo que el Diego Ló–
pez de Lisboa es portugués de nación, y es público
que es confeso y descendiente de judíos, y que á su
madreó abuela la quemaron en Lisboa ó en otra
parte, por judaizante.
Juan Ruiz de Atienza, en la ciudad de San Feli–
pe, digo Santa Fé, de la provincia del Río de la Plata,
en diez de octubre de S<;liscientos y catorce años, ante
el comisario de la dicha ciudad, dijo, respondiendo
á un preguntado: que lo que
hab~a
oído decir era que .
Diego de Vega y Diego López ele Lisboa, portugue–
ses, que viven en el puerto ele Duenos Aires son
tenidos y habidos por cristianos nuevos, según pú–
blica voz y fama, los cuales tratan y contratan én el
dicho puerto con naciones
y
navíos de la costa del
Brasil
y
Portugal, y que había oído decir que Diego
López de Lisboa tenía trato y contrato con Flandes,
de que este declarante no babia sentido bien dello.
Francisco González Pacheco, en la villa imperial
de Potosí del Pirú, en diez
y
nueve días del mes
de agosto de mill y seiscientos y veinte y dos años,
ante el comisario de la dicha villa, dijo:· que cami–
nando por la tierra de Buenos Aires y llevando en
su compañía á un mulato, su criado, había visto
que para asar una pierna de carnero le sacaba la
landrecilla, y ri ñéndole al mulato y llamándole de
judío, el mulato le respondió: «yo no soy judío, mas
de que serví á Diego López de Lisboa, portugués, en