DOCUMENTOS
CXI
Simón Rodríguez, que todos habían venido aquel año
por el puerto de Buenos Aires;
y
este testigo había
dicho que no era uoche de jugar aquélla,
y
acordán–
dose desto dijo en la conversación donde estaban
Pedro García
y
don Fabián, que aunque viese que se
azotaban los portugueses, no los había de creer,
porque él había visto aquella noche de Jueves Santo
estar encerrados los susodichos
y
que no era posi–
ble que estuviesen jugando sinó azotando algún
crucifijo;
y
que aunque dijo esto, que fué de sos–
pecha
y
no porque lo viese ni más de lo que tiene
dicho.
En esta conformidad ocurrieron muchas testifica–
ciones,
y
el dicho comisario don Francisco de Sal–
cedo, en una carta que escribió á este sancto Tribu–
nal, entre otras Gosas, dice en ella lo siguiente:
En esta ciudad había tanto escándalo
y
publicidad
con decir que en la ele Córdoba Diego López de Lis–
boa
y
otros portugueses habían azotado la imagen
de un crucifijo, que habiéndolo dicho muchas per–
sonas, el justo sentimiento de cosa tan grave
y
descoso de que tan enorme delito se castigase, me
obligó á inquirir la verdad del caso
y
no hallé cul–
pa contra el dicho Diego López, á quien aunque en
esta provincia es común opinión ser hijo de cristianos
nuevos, he te1üdoquince afíos ha que le trato
y
comu–
nico por hombre buen cristiano, devoto, amigo de asis–
tir á todos los oficios divinos
y
rezar en las horas de
Nuestra Señora
y
tener otras uevociones;
y
así te–
n.iaya los autos escritos para enviarlos
á
Vuestra ·
Seüoria,
y
et~
este estado parece que el dicl1o Diego
López supo lo que contra él se decía por publicidad,
y
pareció querellánuose de don Fabián I\Ialdonado
que lo había dicho en difereutes partes; parecióme