DOCUMENTOS
CIX
de Ardiles ni su familia, y llegando á la puerta de la
sala de la dicha casa á pedir fuego para ·encender el
tabaco, vieron que, habiendo estado·alli 'Un rato,-sa'""
lieron de haci·a un' aposento de la dicha sala cua-'
tro hombres portúgueses, que el uno de ellos se
llamaba Diego ·López de Lisboa
y
el otro Domingo
Juárez, vecino ·de -'Esleco, y el otro, Jorge de Paz;
y
el otro no se acuerd·a quien era; y corno salie·ron los
susodichos á la dicha sala y vieron allí á los dichos
Juan de Mitre y Pedro García y
ot.rotnazo del Para–
guay', dijo el dicho Diego López: ha·visto Yuestra mer–
ced qué bella mano aquella? á lo ·cual respondió el di–
cho Domingo Juárez: «por cierto buena
y
la más–
cruel que he visto en mi vida>>;
á
lo cual había dicho
el dicho Juan de Mitre: «pues ahora han estado ju–
gandO' en una noche como ésta>>? y respondiemn ellos
que-sí habían estado jugando al triunfo, y luego ha–
bíansacado candela de la recámara á la sala, porque
estaba á escuras; y como vieron allí la mesa y las si–
llas, sin apá.riencia de haber jugado y no oyeron en
el tiempo que allí estuvieron voces ni ruido del que
suele haber 'cuand·o juegan, perc-ibieron mal, y este
testigo asimismo lo ha percebido después que se lo
contaron los dichos Pedro García y .Juan de Mitre,
porque corrtando ·este suceso este testigo á doila Inés
Vasconcelos, mujer del capitán Rui Gómez, que es
una seilora portuguesa, que tiene fama de ser limpia
y noble y vi ve en la dicha ciudad de Córdoba, dijo
la susodicha que no se espantase de que aquellos
estuviesen haciendo algún mal eficio, porque ella
había visto sacar
á
quemar en la ciudad de Lisboa,
por·el Sancto Oficio al padre del dicho Diego López
de Lisboa, y á un tío suyo y á una tia suya, y á su
suegro, padre ele la uwjer con .quieu está agora ca-