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EN EL RÍO DE LA PLATA

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En 1GOO fueron castigados Duarte Méndez, portu–

gués, que estando en Tucumán «retozando con una

india, diciéndole uno de los testigos que no la reto–

zase, que era pecado, había dicho que no era peca–

do.)) Al tiempo de su prisión andaba en hábito de la

Compañía de Jesús

y

hubo de abjuear

de levi

y ser

reprendido

y

advertido.

Fray Francisco Romano, de edad de cuarenta

y

cinco aüos, franciscano, sacerdote

y

confesor, que

requiriendo á una mujer en una estancia en Tucu–

rnán, habiasostenido una proposición contra el sex–

to mandamiento.

Este fraile fué cura ele Buenos Aires, donde come–

tió algunas solicitaciones, siendo ·especial mente tes–

tificado de que diciendo la misa mayor en un día

ciertas cosas graves contra el dicho don Gaspar, y habiéndolas vis–

to, le mandamos notificar, estando en la dicha reclusión, y faltando

por cumplir della cinco meses, que paresciese en este Sancto Ofi–

cio personalmente dentro de cuarenta di as, so pena de excomunión

tat;;e sentencire;

y habiendo salido e! dicho don Gaspar diciendo

que venia ante nos, se fue huyendo en hábito de lego

á

las provin–

cias de Tucumán, que son seiscientas leguas de esta ciudad, á don–

de conociéndole el comisario de este Sancto Oficio, y sabiendo que

habia sido recluso y constándole por el testimonio de su sentencia

que le mostró que no había' cumplido la reclusión, y por verle ir

en el hábito de lego, le pareció que iba huyendo, y le detuvo hasta

darnos aviso, al cual el dicho don Gaspar engañó,

fingi~ndose

enfermo, y por ello le dió licencia .que se fuese á recrear á un pue–

blo seis leguas de alli, haciéndole jurar primero que no se ausenta–

ría, lo cual no cumplió; y luego se tornó á huir, sin que el comi–

sario tuviese más nueva de él, hasta que desde una ciudad de

aquella provincia, llamada Córdoba, escribieron que el dicho don_ .

Gaspar había llegado alli y ídose luego hacia el Río de la Plata,

diciendo que se iba á embarcar á Buenos Aires, puerto de aquella

provincia, en un navío que iba al Brasil, para desde alli irse á Es–

paña, y creemos que lo habrá hecho,

y

que irá á esa corte, á donde

tiene deujos. Este don Gaspar es el hombre más perdido en sus

costumbres y mala manera de vivir que hay por acá, y es justo

que sea castigado por no haber cumplido su penitencia é haberse