EN EL RÍO DE LA PLATA
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censuras. Dice un testigo que llevando el reo preso
al dicho deán y á otros sacerdotes á la ciudad de la
Plata, que los inviaba el dicho G-obernador á la Au–
diencia con sendos pares de grillos, yendo en tierra
de guerra de indios, algunas personas ele las que
allí iban le p1dieron que quitase los grillos á los di–
chos sacerdotes, no saliesen Jos indios y les mata–
sen; dijo el reo que esa sería su gloria, y que ha–
cienda tenía él para pagarlo; y diciéndole el dicho
deán que mirase cómo trataba á los sacerdotes, por–
que le castigaría Dios, á lo cual respondió el" reo:
«no se me da un higo por todos vosotros, y daré dos
mill ducados de hacienda. por veros ahí euterrados;»
y diciéndole el clichó deán qne era buena. charidacl
aquella, y que se ganaría -bien el cielo por aquel ca–
mino, respondió el reo: «que obras eran aquellas
para ir al cielo, por:que era el mayor servicio que ha–
bía hecho
á
Dios en su vida llevarlos de a.queJJa
suerte;>> y el dicho deán le volvió á decir, «pues bur–
las bien los sacerdotes, que aún no sabéis bien el
poder que tienen;» ·y el reo respondió: «tiraos ahí vos
y vuestro poder, que, voto
á
Dios, que sólo á Dios
y
mis obras son parte para llevarme al cielo;» y el
dicho deán dijo:
<~támbién
tiene poder el sacerdote
para inviaros al cielo
ó
al infierno;
y
el reo dijo:
«eso niego, que,_voto á Dios, que vos no tenéis poder
ninguno, sinó sólo Dios;>)
y
que habiendo dado el·
reo
!In
bofetón á un clérigo, le dijeron que estaba
descomulgado por ello, y él respondió riéndose
y
haciendo donaires: «que el clérigo estaba descomul-
. gado, y él no.» Examinese el deán y los demás con-:–
ú~xtes,
y califiquen estas proposiciones, y prosigase
esta causa, que ya hábia de estar hecho ·desde el año
de 82. Tiene otras cosas este reo de 'hümbré
mal
cris-.