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LA
I~QUISICIÓN
sobre Ja Trinidad .
1
Para poner coto á los abusos que
se cometían sobre lectura de libros prohibidos, dispu–
so el Con
se.~
o que se recogiesen todas las licencüas que
para ello se hu]?iesen concedido, y, en efecto, así se
ordenó por el Tribuna,}, en virLud ele esa dispo–
sición, en mayo de aquel mismo aflo .
2
Poco despues
se recogian también en Cartngena los
Ejacicios
de–
Dotas
en que
$C
pide
á
la Virgen
sa
amparo para la
ho1·a ele la muerte,
cuyo autor era el ilustre don
Juan de Palafox
y
l\Jendoza.3
Si en Cartagena no se hall aba gen te ele ilu stra–
ción, en cambio, Santa Fe era el cerebro del virrei–
nato . No tenern os para qué
recorda1~
aquí los hom–
bres q'Lle con distinción fl g nraban por entonces en
aquell a ciudad, pero, por lo menos, debemos mencio–
nar
á
don José Celesiino Mutis
á
causa de un inci–
dente curiqso por el que su nombre figuró en la
Inquisición·.
En
1773
este distinguido sacerdote
y
médico, con1o
catedrático del Colegio Mayor de Nuestra Señora
del Rosario de Santa Fe había presidido unas con–
clusiones á que asistió el virrey don Manuel de Gui–
rior, en las que se probaba la verdad del sistema de
Copérnico. Pues bi en:
á
fin es de junio del año siguien–
te, los padres dominicos de la Universidad Tomís–
tica de aq uella ciudad, resolvieron celebrar otras
conclu siones en las que se sr>stenía la tésis contra–
I¡ia, proponiéndose probar con el aserto de la Es–
critura y las opiniones de San Agustín y Santo
1. Carta del Tribunal, 14 de julio de 1748.
2.
Carta de 19 de mayo de 1748.
3. Carta de rg de abril de 17'::7.