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LA
11\QUISICIÓ~
iiórrez Escalanto que por esos dias acababa el e lie–
gar
á
Cartagena, no quiso irse
á
Lima, para donde
h abía sido también promovido .
El nu eYo .fiscal don Gaspar i\{enéncloz Luarca lle–
gó allí el 9 de agosto do
1729
y
en
13
de septiembre
del aDo sigu iente fallecía víctima ele una ep idemia.
El 7 ele junio antecerlen te pasaba también Verd eja
á
mejor vida.
Mientras t.D.nto, Escalante so -reía
en1~edado
en
graves el isgustos con el gobernador don Francisco
.Baloco,
y
además do las quejas do éste
y
otras que
de diario iban al Consejo, se había echado
á
Ctles–
tas, lo quo ora mucho peor, las del propio prelado
de Carta gena .
· «Debo informar
á
V . E. decía éste al Inqui sidor
General, el
infeli z estado en que se halla este Tri–
bunal co n el gobierno de don Manuel Escala nte por
introducirse en los gobiernos agenos, como lo está
actu almente con el presente gobernador, siendo causa
s us
influj os
y
di ct<imenes ele much<:ls quimeras
cuando no ti enen otro encargo que la independencia;
fu era el e otras cosas tan agenas do su estado
y
re–
presentación qne,
á
no tenor el emp leo aquel con–
cepto que clobe, hubi era perdido la total estimación,
porque no h ay en s u casa otra cosa que juego
continuo
y
convites ».'
El prelado ele Caracas, por s u parte, se veía en el
caso de llamar
á
los curas comisarios,
y
á
formarles
1.
Carta de Gregorio, 3o de noviembre de
1737.
Uno destos con–
vites fu é dado en obsequio del dia del santo de una mulatilla jóven
que el Inqu isidor tenia en su casa. Asistiero n al gunos eclesiás–
ticos
y
todos hubieron de cortejar
á
la criada del anfitrión.