EN CARTAGENA DE INDIAS
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El contador ofieial real el e Mompox don Francis–
co Antonio Antona ha bía sido denunciado de que
asistiendo á un banque te qu e en celebridad de su
-cumpl e- afws daba cierto presbítero, viendo á todos
los comensales muy callados, propuso como terna–
de discus ión algunos puntos de doctrina manifi es–
tamente héreticos . Motivo de dud as fué
también
para los inquisidores la prisión del reo, por su ca–
rácter, por sus relaciones do familia, qu e por su
muj er era una de las mejores
el
el reino, por la protec–
ción que en cosas de su oficio había encon trado en
Jos virreyes, como ahijado que era del bailía don frey
Julián de Arriaga, de tal modo que al fin resolvie–
ron consultar el caso al Consejo .
1
E ste modo de proceder del Santo Oficio, sus va–
cilaciones, los temores q1.1e en cada caso le asalta–
ban, sus frecuentes consultas son indicios manifies–
tos de como iba sinti endo cleeaer su antigua fuerza,
perdida ya ante la opinión de las gentes, que no
podía series del todo despreciable por la marcha
progresiva el e las ideas de tolerancia y libertad del
pensami ento.
turaleza, condescendimos prontamente en franqu ear el Tribunal
á
S. E ., prometiéndole observar puntualmente s us órdenes, pues V. A. ,
se daría por servido de que se haya ofrecido ocasión de acreditar
d
Santo Oficio y s us ministros su a mor al mejor servicio d el Rey.
En
efecto, habiendo llegado
á
este puerto saltó en tierra ayer 17
y
á
las
ocho d e la noche se le puso en cárcel secreta.. .
>>
Carta d e
18
de ju- ,
lio de 1786.
A propósito de esta prisió n, debemos mencionar aquí qu e el
médico francés Ri eux, encausado por la su blevación de Santa Fe,
fué también reclu-ido en las cárceles secretas de la Inquisición de
Cartagena.
1.
Carta de 3 de dkiembre de _1784.