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LA INQUISICIÓN
cialidad á Uriarte y sus cómplices, y lo peor es
que el móvil de todo eran los regalos que le ha-–
cían.
ContraVilladiego sacó 68cargos, que versaban so–
bre su amistad con judíos penitenciados por el mismo
Santo Oficio, comiendo y jugando con ellos, y á quie–
nes tenía de agentes para vender mercaderías,
y
de quienes recibía regalos y dinero prestado, paseándo–
se con alguno de ellos en coche, dándoles elladG,
«y
cuando iban en el coche, s01ian tratarde materias de '
sensualidad y amistades ilícitas)). Sus desvergüenzas
'
en materias de mujeres se resumen en que <<siempre
cometió muchos excesos muy conocidos y escanda–
losos, no sólo por su misma naturaleza, persona
y
modo, sinó también por las mujeres con quienes los
cometió y- pareció cometer, porque parece no se ·
pudo inclin ar á ellas sinó es sugeto muy prevari–
cado en aquella línea .... Solieitaba por todos medios
que todos le enviasen y diesen muchos regalos, con
tal eonato, que con aquel que le enviaba estaba bien
y deeía dél que era buen ministro,
y
con los que
no le enviaban y daban tenía enemiga y los inju–
riaba ele palabra)),
Contra Eyzaguirre el principal catgo fué el haberse
aprovechado ele una suma de dinero de bienes de
los reos.
Contra Uriarte, que vendía sus influencias á los
parientes de los reos para que éstos saliesen bien,
dieiél}doles á quienes debían tachar, dando y en-·
vianclo recados; reeibió «muchos sobornos de pre–
seas, joyas, diamantes, cadenas ele oro, dinero y re–
galos) y que también fueron sobornados los consul-
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