EN CARTAGENA DE I
TDIAS
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muy notorios)) declaraba, contra cuyos autores ha–
bía procedido Pereira «dura, injuriosa y dañosa–
mente, como en causas ele fe, en odio del señor R.eal
y
del inquisidor Villadiego.)) Negóse Pereira
á
reco–
nocer la jurisdicción del visitador,
y
como no qui–
siese prestar su confesión, aquél le embargó parte
de su sueldo y siguió la causa en rebeldía.
Pero oigamos al juez.
«Lo que por la sumaria consta contra dicho in–
quisidor es que maliciosamente y
a
contemplación
de don fray Cristóbal de Lazárraga, obispo que fué
desta ciudad, amigo y parcial y pagado de .Juan de
Uriarte Arauz y del inquisidor Juan OrLiz y de
otros parciales suyos, á quienes estaba y está muy
mal que se acabe esta Yi sita, se determinó á emba–
razada en tiempo del señor don Martín R.eal por todos
los modos imaginables, que muchos de ellos fue–
ron agenos de cristiandad, ele la honra ele Dios y
del prójimo, y todo s por lo menos impeditivos de
Ja administración ele justicia, hijos ele mala inten–
ción, esclavos de la ambición
y
gobernados con-muy .
poco saber) en grave descrédito del Tribunal, que'
no se restaurará tan presto.
«Para dicho efecto convocó por sí y por los demás
parciales otras muchas personas
á
su devoción, in–
famando los procedimientos clel señor R.eal, alen–
tando y animando á todas á que se le opusiesen y
diesen muchas quejas ele agravios supuestos á V. A.
por los medios más ruinosos que fuese posible, per–
siguiendo á todos los afectos al señor Real, hacién–
doles causas ele fe, como en efecto las hizo, por
decir impedían el recto
y
libre ejercicio del Santo