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LA INQUISICIÓN
Santa Fe, cuyo arzobispado le. concedió el Rey,
y
sirviendo alli iguales cargos . En
16:33
con taba cin–
cuenta aiíos de edad .
Vélez y Asas, aclem:\s de pasar por u n ignorante
de primera fuerza, era un hombre de pésimo. ca–
rácter, vengativo
y
rencoroso
y
eruel. Presci ndien–
do de las acnsaciones que se le habían hecho
po 1~
"u conducta respecto del canónigo Ortega, á quien,
C0l110 se recordará, por
SU
capricho ÜlYO CÍnCO añOS
en la cárcel sin causa
j
ustiiicacla, y la que había.
usado .con el gobernador Murga, su colega Cor–
tázar le acusaba do quó s u
e
mpeño respecto del
teniente de aquél el Licenciado Llano Valclés era.
de que muriese en la cárcel, si fuese posible.
1
Este
mismo_. agregaba, que desde que tuyo entrada en el
Tribunal, no había habido en él otra cosa que ban–
dos y parcialidades del inqu isidor Argos, fiscal J ua.n
Ortiz y secretario Juan de Uriarte;
(cy
hoy prindpal–
mente, añaclia en
1638,
hay una junta de padres
é
hijos, porque el Fiscal es padre del secretario Luis
Blanco, y éste yerno clAl secretario Juan de Uriarte)) .
Pero no se crea que Cortázar era mejor: tan cruel
como los demás, ele que dan ámplio tes
ti
mon io los
atroces é inj ustiOcaclos torn1entos á que sometía.
á
los reos para hacerles confesar por la fuerza de–
litos que ni siquiera habían ·soñado, la fama ele su
.jgnorancia ll egaba pronto al mismo Consejo, como
l.
«Que como cuanto hicieron mis colegas é intentaron contra
el dicho teniente, me constaba de ser pasión
y
deseo grande de
Yengarse dél, jamis quise ser de sus pareceres, cuando ellos qu isie–
ran que le d ejase morir en la prisión en que estaban. Carla de
Cortázar, 3o de julio de I638.