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LA INQUISICIÓN
«En veintiseis aí'íos que ha qu e se fundó este tri–
bunal, decían en
1636,
co~1
ocasión de las bruj as
y
judíos, no habido tantas causas como al presen-–
te»,
r
pudiendo hacer constar entonces al ConsejO>
que hasta 26 de julio · de ese año iban testificadas
y
castigadas ochocientas ochenta
y
ocho personas
2
y
que se habían celebrado tres autos
3
generales de fe–
y
rnás ele doce particulares .
E l de marzo de
1638
vino á aumentar considera–
blemente
la~
ren tas del Tribunal, como que los reos–
en él castigados' eran los que formaban el alto co–
mercio de la ciudad. A Juan Rodríguez Mesa se le
confiscaron sesenta
y
cinco mil pesos; á Blas de Paz;
P into, cincuenta mil;
á
Francisco Rodríguez de So–
lis cuarenta
mp,
y
á los restantes sumas meno–
res, hasta formar un tDtal ele doscientos mil pesos
oro;
4
agrega ndo á éstos los ciento cincuenta mil
confiscados en la Habana hacía algún tiemJ.W
y
el
r esto de las multas impuestas á diferentes reos, ten–
dremos que en el espacio de treinta afíos la InqLüsi–
ciórt de Cartagena, por causas de fe, se había in–
cautado, por lo menos, ele cuatrocientos mil pesos
de oro .
En
1633
recibieron la orden que mandaba suprimir
en cada unade las iglesias metropolitanas
y
catedrales
del distrito la primera canongía que vacase, cu yos
r .
Carta de
g
d e abril d e
r635.
2.
Carta de Velásquez de
26
de julio d e
r636.
3.
Carta de
20
de julio de
r637.
En realidad con el de marzo de .
r63S:
enterábanse ya cuatro.
4.
Ca•·ta d e Andrés de Castro, junio de
r638.
Castro era el fa mi–
liar más aptiguo del Trib unal y entonces hacía oficio de receptor.