E:N CARTAGENA DE INDIAS
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:M.anuel Franco ·Díaz, Antonio de Acosta , hijo del fac tor del R ey,
.q ue sufrió cuatro Yueltas de ma ncuerda por espacio de hora y cuarto
y negó siempre haber c,ometido deli to algun o de judío; Luis Gómez
13arreto, depositario general de la ciudad, hombre septuagenar)o,
a
-quien se le diero n tres vueltas de mancuerda , y en la última se le
.quebró el b razo", con mucha efu sión de sa ngre)). Ivla nuel López de
Nororía qu e sufrió las siete vueltas que ,podia dar la mancuerda ,
.hasta que ésta se rompió.
Y, po1· fi n, Anto nio Rodríguez Ferrerin: <<llevado á la cámara del
.tormento, como á las ocho y media de la ma ría tJa, y habiéndole
h echo los a percibimientos ordinarios . fué p uesto en el potro y ama–
rrado á la cincha, y dándole la p rimyra vuelta de mancuerda, se
-desmayó
y
le dió un suJo r frío y no respondió más palabra, yau n–
.qu e se le apretó la vuelta , no se quejó ni respondió, con lo cual s-e
.suspen dió la tortura.
«Y
habiendo vuelto en sí antes de sali r de la cámara del tormento,
mandaro n los Inqu isidores
y
Ordinario. que se continuase la tortura
y fuese vuelto
á
poner en el potro, y se comenzó
á
dar la primera
vuelta y se le dió por entero, y dijo q ue no debía nada.
«Y
comenzándole á dar la segu nda se volvió á desmayar, de ma–
n era que, aunque se le apt·e(ó la vuelta, no respondió ni sentía el di–
c ho tormento, por lo cual se suspendió, con p1'otestación de conti–
nua rlo cuando conviniese.
«Y
en
22
de junio (de
I637)
se continuó la dicha tortura, y en ella
se le dieron seis vueltas de mancuerda, y las de los molledos y mus–
los,
y
á todo estuvo negativo
y
dijo qu e era falso, que no había co–
metido delito alg un o.))