EN C.\.RTAGENA
·DI~
INDL\.S
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general,
á
cbn Nicolás Heras P antoja) capitular de
ella,
á
los pies de V. A., para que representase el"
aflicción y desconsnelo con que la tenía la mano y
d.epoder de los oficiosclellicenciado Juan Ortiz y se–
cretario Juan de Uriarte (que solos han
gobernado~
mucho tiempo este Tribunal) y no se puede encare–
cer los procedimientos que han tenido después que
supie_ron que esta ciudad pedía el remedio que
conYenía para la paz y quietucL ele ella .
Y
sin temor
d.~
que h.abía de venir, obraban cuanto querian, sin
qu e la mayor parte de los vecinos tuviesen seguras
sus hon ras y hacieüdas)) .
r
E l Consejo no pudo hacerse sordo
á
tan apre–
miantes reclamaciones y e n primera ocasión cles!?a–
chó con titulo de visitador ele la hacienda y minis–
tros de la Inquisición
á
don Martín Real, quien en
unión del inquisidor Juan Baustita ele Villadiego,
h ombre que frisaba ya en Jos setenta, y del fiscal
don Pedro Triünfo de Socaya, nuevamente nombra–
·dos) se hallaban ya en Cartagena
á
fines ele ju.lio de
1643..
2
La primera medida del visitador, conforme
á
las
-sados en carta de
26
de septiembre d e
1642.
La principal defensa de
éstos consistía en desacreditar
á
Heras Pantoja y á don Bernardino
d e Prado, oidor de Santa Fe, que se hallaba en Cartagena, á quien
:suponían el inspirador d e todo .
r. Carta de
12
de septiembre de 1643. Treinta
y
cuatro q uejas
ó
-capítulos de a cusación contenía el memorial presentado por la
ciudad y vecino-s contra los Inquisidores, que se pasaron pN el
Consejo de Indias al Rey
y
por éste á
la Inqu isición, <<en que se
echaba menos el remedio", algunos de cuyos eapítulos iban justifica–
dos con nueve y más testigos .
2.
A este respecto hallamos alg una discordancia en los docu.-