EN
C.A.RTAGE~A
DE
I~DIAS
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menos que al propio soberano, el capitán don Juan
Barba do Coron.ado . SerYía ós1e como alcalde mayor
en Puertobelo, especialmente encargado de atender
a l reparo de las fortificaciones dol puerto, que se creía
.entonces amagado sériarnente por los holandeses,
cenando, como expresaba al Rey, «Se ofrecieron cau–
sas y delito de ministro de la Inquisición de Car–
tagena)). Poro es mejor quo leamos por entero el me–
morial dol agraviado capitán .
«Seiior.-El capitán·don Juan Barba do Coronado
<.lico os hijo legítimo,
y
el mayor, del licenciado don
A lonso ele Coronado 1\Ialdonado, quo sinió más de
cincuenta y seis anos á los reyes, nuestros seno–
ros, padre
y
abue lo ele V. l\I., así en estos reinos en
-corregimientos y cargos de importancia corno en las
l tldias en plaza ele oidor do dos Audiencias Heales,
donde á su pedimiento fuó jubilado por su edad y
enfermedades .
<<Y
él ha servido más de treinta afíos en cargos ele
j usticia
y
guerra,
y
ele
todo ha dado residencias
y
buena cuenta; es casado con hija legítima y la mayo r
del capitán Luis Céspedes de Vargas, uno de los
}Jrimeros conqu istadores de s.quollos reinos, como
parece por los pape les y recaudos que tiene presen–
tados y vistos en el Real Consejo de Indias .
ccY
estando sin'ienclo á V . M. en los oficios de al–
-ealde mayor ele la ciudad ele San Feli pe de Puerto–
belo, capitán á guerra, comisario ele las reales fáb ri–
-cas, gobernador y capitán general de las pob laciones
-de Santiago del P ríncipe y Santa Cruz la Real,
y.
te-
niendo á su orden ocho compaóías de infan tería
y
hacer las prevenciones necesarias para la defem_::a
y