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LA INQUISICIÓN
tinuaba, sabe Nuestro Señor los daños que habrán
hecho, como si viene persona á la averiguación
destos delitos, averiguarán muchas cosas indignas
ele su profesión y oficio.))
Entre los comisarios culpados ele tales excesos
nombraba también á uri doctor Ortiz, qu e había sido
deán de la Catedral, y á un padre Bonilla, de San
Francisco, qu e no había tenido buen nombre, tanto
con los de su religión corno con los de fu era, diciendo
que la eulpa de todo la tenía el inqui sidor l\Ia.ílozca.
que
á
título de compadre del gobernador Sancho ele
Alquiza le enviaba en blanco los títulos de comisa–
rios para que los el igiese á su gu to,
y
qu e, así,
pol~
esto setia conveniente que el Obispo propusiese
cinco clérigos para que entre ellos se nombrase co–
misario en Cartagena,
y
aún que uno el e losminis–
tros de la Suprerna practicase un a Yisita en la isla ..
Mas, dejando ·aparto estas denun ciaciones del
Prelado por lo que tocaban al inquisidor Mañozca–
cle las cuales luego hemos de ocuparnos-y las refe–
rentes á los comisarios, debemos insistir en los
delitos el e brujería, qne iban preocu pcmclo extraordi–
nariamente al Tribunal
y
á
los obispos clol
di strito~
Estos brujos, al menos en Cnrtagena y su territorio,..
eran en su totalicT'ad negros llevados de Angola para.
servir como esclavos en las minas . La inquisición
había entendido en .muehisimas causas que se les
formaban por reniegos que hacían cuando se les
azotaba. El Consejo tenía dispuesto con este motivo·
que los comisarios del lugar en qne cometiesen el
delito les diesen una rep rehen sión, pero eon tal
proceder acontecía que. en cuanto comenzaban
á.