Previous Page  129 / 482 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 129 / 482 Next Page
Page Background

EN CARTAGENA DE INDIAS

119

azotarles lanzaban un a blasfemia

y

sus amos no se

atrevían á proseguir con el c.astigo, con Jo que se _

habían puesto tan licenciosos, según escribía el Tri

bunal, que cmo· suena en su boca dellos, al primer

azote que les dan, sin ó es descreo

y

el reniego)) .

r

Eran

ya

tan numerosos pot' ese entonces en el

Nuevo Reino que sólo en las minas de Zaragoza

y

sus comarcas, que caían hacia la gobernación de An–

tioquía; pasaban de dos millos que estaban emp lea–

dos on sacar el oro,

y

todos tan cortos de inteli gen–

cia, según decía Ma.üozca, que eran corno

c~ballos,

y

tan dificil de entenderles el lenguaje que hablaban

que no podían estamparse sus declaraciones sinó con

rp

ucha reserva.

Cuando llegaba algunas veces el caso ele proce–

sarl es, se huían á los

montes~

ele donde era punto

menos que imposible sacarlos¡

y

como estas diligen–

cias de prisión se hacían á cosla ele sus amos, se

encontraban éstos al fin del proceso con que, conde–

nados á cárcel

perp é tu~

perdían lo gastado para

pr'end erles .

y

además el dinero que les habían cos–

tado. De aquí resultó qne bien pronto sus mismos

amos fueron los primeros en hacer diligencias para

que no se les prendiese. _...

Cuando recién llegaban de Africa se procuraba

doctrinarlos en las cosas de la fe, pero conducidos

al

interior, mal instruidos, caían con facilidad en la

ccidolatria del demonio)) y apostataban ele la fe con la

misma facilidad con que al parecer habían al)razado

el catolicismo.

1.

Carta de

28

de Junio de

r6rg.