EN CAUTA.GEKA DE l?\DIAS
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gadas de vi gilarlos;
y ·
qu e por el contrario, los
negros qu e bl asfemaban fu esen castigados al uso de
antes, con azotes riguro.sos, como único medio de
que no continuasen el sistema qu e venían adop–
tando.
Con ocasión de los procesos seguidos. á estos bru–
jos es oportuno tratar aquí , junto con elloq, de los
demás sente!1ciados por el Tribunal en aquellos
años de 1618 á 621.
·
El merceclario F r. Fmncisco ele Oviedo, limeño,
había sido tes tificado de haber pred icado en un ser–
món en la catedral ele Cartagena algunas proposi–
ciones sobre el pecado original
y
la muerte: fué
r eprendido sin se ntencia..
Luis de Quesada, sastre, qu e hallándose de visita
en casa de un clÚ igo en Coro, es tando sentados á la
mesa para cenar, dij o al anfitrión, por ciertas pala–
bras que tuvieron, que cuando decía misa mentía,
por lo que salió des terrado de Indias .
r
Rodrigo P ereira de Castro, portugués, residente
en Zara goza, procesado porque al pasar la procesión
del Corpus no quiso qui tarse el sombrero,
y
por
otras cosas de este estilo, se mandó suspender su
causa.
Fr. Lúcas Ramírez de Arell ano, franciscano, ca–
lifiéador del Tribun al,que en Tunj a se atribu)ró fq. n–
ciones de comisario,
y
que por ello se le suspendió
por cinco al'
i.osde s u cargo .
Cinco ingleses desertores de un ·buque corsario
1.
E ste fu é ta mbién preso por bíga mo
y
estuvo en la cárcel más
de seis añ os mientras se fa llaba su causa,