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EN CART.-\.GEN \ DE INDIAS

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v isor, antes que fuera la Inquisición, y después que

fL1é, ella misma delató de sí, y por el recuentro que

-:tuvo el Licenciado Maüozca con el Sargento Mayo r ,

-quiso pagarse en hace r este agravio á esta pobre

muj er, s iendo casada y con hijos y gente noble ella

y s u marido . Apeló ele la sen toncia cuando se la no–

tificaron, y en saliendo de la sala, fué á ell a el Guar–

-clián ele San Diego, que estlnro presente, y le dij o que

~onsinLiese

la sentencia, porque, si nó, la meterían

.en las cárceles secretas donde estaría toda s u vida,

y

ele temor hubo de consentirla)) .

1

r.

Mento1·ial al Consejo del doctor D. 1Jcnza1·dino de Almansa,

.Madnd, 5 de ]zm'o de

I 6I4.

Este fué uno de los primeros atropellos del funesto inqu isidor

1\{añozca , destinado

á

señalarse en América como uno de los hom–

bres mús perversos que jamás allí fueran .

Se recordará que con moti\'O de las fi estas de la Catedral

á

que

.asistieron los Inquis idores y el obispo Ladrada, aquellos obligaron

.al Prodsor

á

que se les prefiriese en todo en Ías ceremonias ecle–

siásticas. El Obispo hubo de conformarse con las órdenes del Tri–

bunal, pero despachó á Almansa á España para qu e, entre otras

cosas ·qu e se le encargaba de g estionar, se quejase de aquel atro–

pello d e' los ministros del Santo Oficio . En desempeño de sus co–

misiones permanecía entónces en la corte. En Yista de su memorial,

se pidió

á

Cartagena el proceso de doña Lorenzana y se mandó á

los I nquisidores que suspendiesen mientras tanto «lo demostrado.»

Almansa obtuvo plena satisfacción respecto á su cuestión con los

I nquisidores,

á

quienes se ordenó por el Consejo que, no siendo

en día de ejercicio del ministerio, debían mostrar gusto de que se

h iciese cortesía al P relado antes que

á

ellos, «por el respeto q ue

se debe

á

la dignidad episcopaL

«Acue1·do del Consejo de

7

de

J un io de

I6r i .

Mu y á su pesar tuvieron que admitirle por ordinario

y

cons ultor

-cuan do más tarde reg-resó á Cartagena

á

p rincipios de

r6 r5.

Almansa fué bajo todos conceptos u n hombre notab le. Véase su

b iografía en la página

166

del tomo I del

Diccionado

de Mendi–

o uru .

Iosotros nos ocupamos también de su pers·ona en la

Biblio–

t eca hispano-americana.