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afligida.
A
que respondió la señora, qué tiene que la
aflija e" tando yo aquí? E·, re pondió la dicha hermana,
por W1a ama de leche: y le dijo, pues llámela U. que yo
tengo una- criada con leche. Al éco de esta voz que oyó
la sierva de Dios, salió de oracion y
le
dijo á su compa–
ñera, vamos por la niña,
y
llegando
á
entrar
á
mi casa
me dijeron : ahí está la Madre Nazaren a. Y sobresalta–
da yo con el cuidado si le había sucedido algo á mi
herma1 a, como le había sucedido á otra hermana que
se salió del Beaterio y se fué al Coúvento de la Encar–
nacion, me t\lrbé harto: y diciéndome la sierva de Dios;
que t'urbada estáaU! Yo aa.mque vengo acaso de Provi–
dencia, que en casa queda:
p~dióme
la niña
se la entre–
gué y lle\ró
á
donde se crió ha,sta que Dios se la llevó
á la gloria de ellacl de nueve meses. Sea el Señor bendi–
to y glo ificado por todo. Amen.))
CAPITULO XIX.
COMO LA VENERABLE MADRE RESPLANDECIÓ MARAVILLO–
SAMENTE EN LA VIRTUD DE LA HUMILDAD.
Fué tan grande la humildad que babia en el corazon
de nuestra Venerable- Maflre, como se verá en los suce:
sos siguientes; y me sucedió á mí en varias ocasiones
CQn
la sien'a ue Dios, pues cuando venia
á
tocar
á
la
puer–
ta del Beaterio alguna persona para hablarla, era t:::.l
Pl
susto
q~c
recibia., que le decía: .¿Madre, qné tiene U.
<l
u.e
se asu.:3ta taato? y
respond.ia: temo no me den de pa.los,
ó vengan
á
prend
enne; y ene. pocial si venia a1gun. se–
ñor sae;e:"dote, volvia luego inmediatamente dicieudo:
¡eh
alguna
reprensio1
es esta:á
lo cual le
r eplicab~
yo; pues
Ma lre ¿tiene U* alguna cosa, ó ha hecho alguna obr'a .:por·
donde a.::;i procedan?
á
lo cual
re~pondia:\
¿yo sé
hi~a
si .
he dado motivo para que asi
suc~da't
otra.s veces era tal
el encogimiento
y
afliccion que tenia cua:-1do la deciau .
algunas personas que las encomendase
á
Dios, que no
sabia que hácerse, y decia: <deben de entender que yo