.,
-64-
E te
mi~
m
o confesor le mandó escribir su vida,
y
solo
la
obed1enr~~
lo pudo conseguir,
y
sabiendo que se leian
los cuaderno", q.eseó mucho que volviesen
á
su poder,
-como sucedió a8i,
y
luego armó una hoguera de fuego
y
los quemó 'todos; por cuya causa se ha perdido mu–
eho de su vida,
y
tambien con la muerte de sus con–
fe
ores.
Díjole la Rierva de Dios
á
su compañera, ·que un día
de los que iba
á
la Iglesia
á
confesarse, le dió el confe–
sor dos cuarlernos de los que estaúa ·escribiendo de una
Angela que hubo en esta ciudad,
y
en e te tiempo esta–
ba la dicha Angela en grandes
aplau~os,
y
veneraciones
en toda la ciu<li:J,
que
no se hablaba de otra cosa que
de su virtud
y
santida.rly
despue fué penitenciaria por
el Santo
Oficio
de la
Inqui ·;;ic~nn :
recibió los dichos cua–
dórnos nue2tra Venerable Madre Antonia,
'J
hatiéndo–
los leido lmteramc;.te, luego aquel
mismo
d.iase los vol–
vió por su prop ia m :tno, y recibiéJtdo1os el dicho Padre,
y
reparando que
no
le
rl
,cia
nada, le
dijo
entónces:
¿Na–
zarena, pues no me dicers nada?
á
lo
cu.alrespondió con
:rendida humildad
la
sierva
de
Dios;
¿me·manda U. que
le responda?
si
te mando que me
rouponda.:~,
á
lo cual.
-dijo:
pues, Padre, esto gue está aquí escrito es una ley;
!J
la que yo sigo es otra.
·
Teni~.-
la Ri erva. del Señor su vida
esc1~ita,
como ya
ll evo referido, y en una reYolucion· qr-e hubo en esta
ciudad con dichfl,
Angeb,
C11ando la pre1• dió la Santa
Inqui::~iciort, ~n
confesor de la siDrva de Dios, sin de.:::r–
le nt!d!1,
le envi0 todo lo que tenia: escrito en ·su poder
de su vida, y era en \"''lúmen. bien gra.nde, y la si erva,
de Dios luego que lo
.r ~cibió
y vi'Ó
o que era,
d
jo:
¡ VálgarneDio,s, cosas de ?ni alma r¡ue rne las
teni~-t
rni
confesor, rne las envia así con su criado , no debe de ser es–
t o bueno,
J
mandó hacer
UI~:1 fog~ta
d
candela, y lo
quemó todo como y:t llevo r eferido, de que soy testigo,
y
ví en las cenizas de los pa.pelp
la~
letras tan
clara3,
que parecían hechas de plomo, que si no hu: ·icra estado