-67-
inmediatamente solía decirme; es o lo hago por la obli–
gacion que tengo, no por otro
fin
sino es porque
ean
santas y perfectas, que si yo no fuera .Madre, á los
piés de todas me pusiera y estuviera; tambien lo hago
por la cuel'lta que . se me espera, pues no é que será
de
mí.
"Y
á
este tenor proseguía con bastantes lágrimas y so–
llozos, de donde resultaba el decirme diferentes veces,
por dichos cargos
y
contínuo padecer; téngame Señor
lástima, y encomiéndeme
á
Dios en .la :Misa, porque me
hallo padeciendo en el Infierno, hecha un tizon de él:
que de esta suerte permitía y disponía el Señor tenerla
. las mas veces,
me so}ía decir:
a.y
Señor! gran trabajo
se pasa cuando el divino Señor se ausent· ,
6
retira, Ya
se deja entender que era cua.ndo su Divina Ma.gestad
por su gran
honda~
la ponía en el crisol del padecer;
para <Ul.e mas brillasen las virtudes en su
jerva.
' ccEn los
a;
os referidos, en las reconciliacioHes de to–
dos los dias en el confesonario, jamá" reconocí,
6
escu–
ché que le ac.ometiesen ofrecimientos
ó
pensamientos
impuros
6
contra la castidad, ni aun dormida.
ceLa modestia
y
docilidad con que se portaba con todo
género .de personas,
y
aun con sus mismas súbditas, es
notoria entre las siervas del Señor. Jamás, la ví con
acciones supérfluas, ú oci"osas; antes sí digo quelas ve–
ces que llegaba
á
hablarle, que eran bien continuadas,
siempre me hallaba encogido
y
cuidadoso en mis
pal~bras
y
acciones á no proceder sino es con grande a.ten–
cion y respeto; porque de la modestia y razones que en
. dicha sierva de Dios había tan puras, santas
y
edifica–
. tivas, resultaba e11 mí una confusion, que lo mas que de–
cía entre mí : era ¿qué puedo yo hablar ni decir aquí,
sino es atender
~ra
mi enseñanza y demas personas
que confieso? porque era tan sutil, tan menuda y parti–
cular en las doctrinas de obediencia, caridad, humildad,
. y demas obras espiritua es, cuanto pueden decir las per–
sonas que la comunicaron espirituales,
y
tambien sus
mismas súbditas.))