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niña, salió en esta ocasion la sierva de Dios, y le dijo;
sí Señor, no le conviene
á
la niña saber leer; y con esto
se sosegó el bienhechor, y no habl6 mas palabra sobre
esto, y asi persevera hasta hoy,
~u
e vive en este Monas–
terio de Beata, sin profesion y sin saber leer, y rezaba
de memoria en el coro en comunidad el oficio de la San–
tísima Vírgen, y entonaba las antífonas como todas las
demas hermanas.
Otra de sus hijas, que es la Hermana Ventura de la
Santísima Trinidad, dice asi.
ce
Que en diferentes ocasio–
nes llamaba interiormente
á
la sierva
~
Dios,
y
al ins–
tante la siervJk de Dios llamaba á dicha Hermana, y le-–
decía: hija,
y~
te oí, iremos
á
la hermita de la .cruz,
á
donde me decía cuanto por mí pasaba, asi de lo que le
había pedido, como de las tentaciones y buenos deseos
que el Señor me había dado, y luego se stJguia el ense–
ñarme á
~ortificar
las pasiones y sentidos, asi
co~o
á
orar.
ce
En otra ocasion (dice la dicha hermana Ventura) es–
tando cosiendo junto
á
la sierva de Dios, como siempre
1o hacia, tuve en mi interior vehemente deseo de que la
sierva de Dios conociera lo mucho que la quería, y at
punto me dijo: hija, mucho me amas?
y
respondiéndole
yo, le dije: ay Madre! solo Dios lo sabe: dijome la sier–
va de Dios entónces: yo tambien lo sé: pero te hago es·–
ta pregunta como Cristo la hizo á Pedro, de lo cual
quedé confundida.
Es de advertir que esta dicha her'mana habiéndose
confirmado el Instituto y el colegio en MQnasterio, sa–
lió de él por causa de enfermedad, estando en el Novi–
ciado cumpliendo el tiempo de probacion con las demas
beatas que habian de profesar, y to<favia se mantiene
fuera aunque siempre 'ejemplar, ,y deseosa de volver al
Monast erio á empezar de nuevo su
N
oviciado,
cuya en-
. trada se ha dilaLtlo hasta ahora, disponiéndolo,
.a.siel Se–
ñor por sus incomprensibles ju-i<Jios.
Habie'ndo hecho lClt
·sier,~-a
'de Dios una plática en ei '
refectorio, de gran enseñanza y. doctrina, que le había
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