Previous Page  91 / 184 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 91 / 184 Next Page
Page Background

í3

el pensamiento, que la afligían mucho, sin poder dese–

charla de su imaginacion: unas

ve~es

parece que lo

creía, y lo desechaba de sí como mal pensamümto; y así

-estaba padeciendo muchísimo, y en especial cuando ve–

·nia acá, y veía á la sierva de Dios. Especiálmente un dia

que me trajo mi madre (d.irélo .con sus mismas pala-

bras) á ver á la

~ierva

de Dios, que estaba enfermá: en–

tr!lmo en

SJl

celdita, y mi madre le preguntó cómo es–

taba: respondió la sierva de Dios: alentada, y mejor

~ra­

cias á Dios.

De que

ví á la sierva de Dios, empezo el

enemigo á tr_a

er.me

todos aquellos pensamíentos malos

y molestos. con ue·me atorm,entaba contra la s1erva de

Dios, sin estar eh mi mano; y luego al PlifitO le dijo la

· sierva' de Dios á

mi.

madre: ay comadre!

¿1e

parece á

U.

que yo no padezco? p11es pade,zco_

~e

muchas maneras,

porque se presume de

mi:

y le fué diciendo

á

mi_madre

todo lo que

o

estaba

pensflrp.~o

y tenia enmi interior:

y

le

- d1jo; ay comadre! Ro po}'que

n9

sea criatura; ..

p~r.o

.no

· ha sido, ni es, ni será para honra

y

gl~ri'a

de aquel

Se–

ñor que alli está:

y .

esto, con

tanto fervor y. espíritu,

· que me.hizo temblar, y no .s3¡bia

;¡o

por ' d<;mde

~a\irme

·

de miedo, porque to

do lo qu

e yo estaba. pensardo en-

. tl··e mí, _todo lo :dijo

c

1ar.am..ente. Dios sea alaóado en

toao.>>

r

Dice la misma hermana, que .-q!la noche . soñó que es–

taba en la celda de la sierva de Dios con toda la comu–

nidad, y la síérva de Dios

les~

dijo .á toda's que

s~

fueran; ·

· yo [lo diré con sus mismas palabras

J

asi que le .o'í decjr

que se fueran, me levanté para Íf¡me con .to.das, y erüón–

ces me dijo la

.s~erva

de

~ios d~tenAéndome:

tú no. Yo

me afligí pensa_ndo si me quería á solas ex¡tminar de .to–

do's aquellos pe:n¡amientos que

m~ ,

había ' adivinado. A

este tiempo salió un niño de la celda de ad,entro, como

de edad d!3 siete á ocho años) á miparecer, como un ni–

ño vivo, muy lindo, con su túnica mor"ada, y capa carme,.

sí, descalzo solo con alpargatitas, el cabello hasta el

hombro, reconociendo como que había otra persona, co–

mo cuando los niños tienen verguenza. Apresuró el pa-

.

10