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Con esto todas nosotras muy contenta le dijimos: Ma–
dre, no se ha de ir, que queremos para esta Pascua tener
el nacimiento del Niño acá. La sierva de Dios nos decía:
¿hijas, si no tengo plata, cómo la he de comprar? por fin
escribióle una carta'
á
la señora dueño de la Imágen, y le
dije yo:
póngase~a
U. en las manitas á la Vírgen, para
que le mueva el corazon á la señora; y es de advertir,
q1,1~,
te9-ia la
Sa~tísima
Vú·gen las manitas pegadas por
l&s _Falmas y deditos,
y
al ;ponerle el papel la sierva de
Dios,, di6
u~
tra(]_uido; que todas las que estábamos pre–
se.[\tes lo ohnos,. y l
o vimos, y le quedaron asi las mani–
tas bien desunijas,
has.ta el día de
hoy~
·
Envió la carta la ·sierva de Dios,
ofrec~éndole
le da¡...
ria cien pesos: la señora no quería, y
ll~mó
al criado
que habia traido la Imágen y se vino con él al Beaterio
para
l~vársela,
y habló con la sierva de Dios, ·
y
le qijo
que no la
q'l!eri~
dar por los cien pesos: preguntóle nues–
tra Venerable Madre ¿quién le.
ha~i.a
dicho la querían
comprar las.Nazarenas? y le diJo la dicha señora, que
un Padre Francisco de los Descalzos, muy flaco y ama–
rillG, se lo habia dicho,
y
q:ue por eso envió la · Imágen.
Nuestra Venerable Madre le dijo, que no tenia mas pla–
ta, que los cien pesos, y con esto le· dijo la señora á su
criado que cogiera la Imágen para llevársela á su casa:
llegó el mismo criado que la trajo, y no la pudo mover
y decia:
Yo 'la traje,
y
no la. puédo' move1·,
porque se
puso como si fuera
de
bronce: con que viendo la señora
tantos prodigios, recibió los cien pesos, y se fué muy es–
pantada de ver los milagros, y nosotras quedamos muy
alegres y dándole muchas gracias á Dios de lo sucedido,
y
de tener ya lo que tanto deseabamo.s. Sea Dios alaba–
do por todo. ·
CA.PITULO
XXIV,
. UNA REVELAClON QUE TUVO LA SIERVA DE DIOS RELATI–
VA A LA FUNDACION DEL MONASTERIO.
1
De la revelacion.que dejó
~scrita
de su
let~a,
y :se es–
capó de la quema que hizo de sus papeles la Madre·
An-