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ca.beza que le tapaba. todo el cuerpo; y poniéndo e en

pié con velocidad, sin que nadie la ayudase á lenmta.r;

se puso en cruz, con los brazos estendidos y los ojos cla–

vados en el cielo, y el un pié sobre el otro, y en ade–

mán de extittica., estuvo así cerca de un cuarto de ho–

l'a, ·y así espir6. En aquella postura le ví dar dos bo–

queadas, y todavía prosigui6 en cruz y parada en la

misma forma,

'sin mfl,s arrimo que el de una

hermana~

que temiendo no cayera, le puso su mano arrimada á

las espaldas, fué mas para manifestar su admiracion,

que para s'ostenerla. Y habiendo espirado la sierva

de Dios, iuclinándose por sí mismo-suavemente

con

pausa el

uerpo difunto, sin bajar· los

brazos ni a

.par–

tar los piés, recost6 la cabeza sobre la almoha.da. Yo

solo ví el que sé puso en pié con los brazos abiertos

en cruz, y los ojos como dos luceros fijos hácia el

cie–

lo, y que en esta conformidel¡d di6 dos

euoquta~as,

por

que solo me detuve como unos dos credos á este espec–

culo; pues salí tUl.·bada corri endo á avisar de

In,

nove–

dad, y lo. estaban todas de suerte, que :diciendo unas

que dobláran, dccian otras: no doblen, que est{L arro–

bada. P ero .así de esto que yo ví, como de

lo demás

que r efiero, fueron testigos la referida hermana Juana,

.ya difunta, y la herm;ma Ventura de la Santísima, Tri–

nidad, que aun vive, de quienes, y de

mí,

lo ha oído

muchas veces esta sa.nta comunidad.»

dW,

segundo lo

testifica la misma :Madre Providen–

cia del modo siguiente: Luego que la vistieron, sin

haber doblado, vinieron ele la Iglesia. Mayor el Señór

ñor Can6nigo D. Francisco Garcés, con otros Sefiores

sacerdotes, y acá que de la misma manera se juntaron

otros tantos,

hicieron doblar, y solo los Señores cai·–

garon el cuerpo de la sierva de D'os, sin permitir la

cargáran seglares; y la entraron acá dentro

una pie–

za grande que teníamos, y á la que llamábamos Be–

lén, donde la sierva de Dios en vida tenía muchos co–

loquio

con mi Señor y la . Sa,ntísima Vírgen. Puesta

en el suelo sobre un petate, y

habie~ulo

muerto

ú,

las

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