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'\. q_ae ·habia q_ued:úlo
en
aquella provincia,
y
admna:~
)>
de
lo vendido
y
apropiado
al
uso del Estado,
resultó
)> que el valor de
la~
haciendas
y
casas que se podían .
>> restituir
á
la compañia, montaba á cuatro nüllonei
>> de pesos.
Un
oidor de la audiencia de I.Jin1a, que
in–
>> tervino en e5ta averiguacion, comunicó este hecho
>>
al editor.))
Prosiguen los autores de las
Mem.orias
diciendo asi:
>>se
vé
claramente, que son muy crecidas las sun1ai
)>
que
l~s
&;obran;
y
el expendio que dan
á
estas
renta~,
))
se ignora
allá,
porque no se le conoce ninguno.»
Estos documentos s0n de mucha irnportanoia
y
cre–
(c1ibilidad, por serlo ele a1nigos, defensores
y
aun apa–
-s ionados de los jesuitas:
á
nosotros nos basta hacer
n1é~
Tito
de los hechos de que dan testimonio.
30. Y
¿á
disposicion de quien estaría tanta rique–
za?
Recuerden .los lectores, que en la compañia reina–
,ba
un
monarca absoluto con el non1bre de prepósit<>
.gene.ral, en cuyas manos estaba el derecho de
1uandar-.
-lo
todo~jubendi
jus totwn
penes
.pr03positum./.
Quien
to ~
~1ne
el
Compendio de los priv'ilegios
de la con1pañia,
y
re–
gistre la palabra
alienatio,
leerá las frases siguientes–
'"el
general puede enagenar las casas
y
los
colegios~
enagenar los inmuebles
y
los n1uebles
preciosos-ba~"tan
las patentes del general para las ventas-con
su
con~
firmacion valon los contrates hechos
y
por hacer-pue–
de
hacer las ventas, sin que sirva de obstáculo la
vo~
~l untad
de los testadores.» Los escritores
de la
cGn.:tpa-
j)ia explican estas facultades.
·
AI{TIC1JLO
YI.
Anlbicion
(\e
la ·eoiU¡lafiia.
31. La ambicion es uuo de 1os sínton1as con que la
·)pobre natural
eza hun1ana descubre
su
miserja
y
debi~
lidad; pues se
apete.celo que no se tiene. Puede haber
deseo de singularizarse en los buenos
y
en los
1nalos;
pero con u1ut
notable
diferencia.
El
verdadero
anw.u:..
.
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