()tras ·1nuy
impropias, 1nas
seglares
que
eapirHua1'ea.
·~·
24. En vista
de
la rápida
re1acion
que
acabamo~J.
d& hacer, copiando,las propias pa1abra3 del P ..11aria–
»a, ¿cre
ían nuestros
lectores
que
se hablaba de
la
ce–
lebrada
compañ.iade
Jesus?
¿Y que
el
geüeral
y .
de–
mas
sup
cl'iores eran los que· 8. Ignacio su
fundado\
presentó
á
sus
discípulos; para que-
rnira.3en
e.n ellos
{ii
J.
C.
y
oh~dceiesen
sus
1TI,1nd,tt)3
como··
si fueran
de
Dios?
Pero no
ha sido un enern:igo ele la
compañi:l·,
sino un
hijo
(le
ella, docto
y
concien~.ttdo,
qnien
tales
. ~osas
dejó
escritas
en un libro
auténtico,
y
no
para.
~urmurar,
sino
larrwntandose,
y
proponiendo · re1n~
dio. Tomó ]a sotana en
tiempo dB
S. Ignacio,
quien.
eelebr6 mucho tal
adquis~cion,
vivió
cincurnta años
~n
la compañia,
y
tenia
67
de
edad,. e
u
amelo·
escribió·
su libro.
N
o-
hablaba
un
extraño,
que
solo
se
hiciera.
cargo ele
laG
exterioridJ1des,
con1o
los
l}Ue
ele
paso
por
una calle· ven la
n1agnifiea
portada de
uua
casa v
.un..
_patio
espa.cioso,
6
tarnbien:
si se
quiere,
una
hermosa, ·
sala ele recibim,iento,
sin
penetrar en el interior. ni.
co–
nocer
el réjjmen de la
fa:mi.lia:
uno de ella
contaba
l0
·que habia
vjsto,
por
el
espacio· de rnedio
.sigl-o.
Ha–
blen contra el escrito
y
contra
el escritor sus propios
eü-hermanos,
y
mande el
general'
Vite-lleschi
queDJ:a1"
lns eópias del1ibro: ahí está para dar un testilnonio
f;Olemne
de las
errfe1·m:edades
de
la
con~pañia,
que se
nos presentaba cümo cuerpo sano. Aden1as del P
~
Mari~na,
hubo otros-jesuitas qu.e
dieron
igual testL–
~nonio:
los mencionamos en la obra_
ARTICULO
\T.
.
25.
·N
o
habría.
extrañeza en hablar de Ias
riqueza~
de una persona
ó
corporacion
pro:fana.
y
seglar,
que
tiene
iilio
y
tu~ro,
como
no los
tienen,
y
haeen alarde
·a
e no te·ner]os Jas personas relijiosas; pero la habria
y
'grande, si hubiera
comunidades
re1ijiosas que puedan
·
e~~~
propietarias,
sin embargo de no poder cada uu.o