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hielos
con1o ho1nbres Inaravillosos;
y
fu.é tnenesteP
·que ellos 'misn1os se traíciqnaran con sus hechos,
paú~ ·
-apesadumbrarse los sencillos de no haberlos coi'lo'· '
cido.
·
Ari·as Niontano, uno de los 1nas grandes hombres
:del siglo XVI.. eh carta escrita al rey Felipe II. así
le decia-"advieito
á
V. NL
que ordene
a
su goberna–
dor y
á
los mii1istros de este Estado (los paises bajos)
'que se guarden bien ele teBer ninguna relacion con
los jesuitas, ni de darles ningun conocimiento de los
11egoc.ios, ó de au1nentar su crédito
y
riquezas en es–
tas provincias,
y
en particular, que el gobernador
no
torne jan1as predicador ni
confe~or
jesuita. Pongo
ú
Dios y
á
mi conciencia por testigo, como que ten–
.go un conocimiento cierto, que nada interesa mas á
los negocios de
V.
~1.
Pocas personas hay en todrt
España, fuera de los n1isn1os jesuitas, que tengan
pruebas mas convincentes,
y
en n1ayor nún1ero
que
yó,
de
euales son sus designios,
y
con cuanta rnaña
trabajan para llegar
á
sus fines.
Por todas partes
tienen espías, para poder informarf$e de lo que pasa
·suyo
y
de otros,
y
guardan secreta enemistad contra
.aquellos que los han disgustado. Fa$tidiaria
á
V. l\L
si descendieta
á
hechos particulares."
Los asuntos de los jesuitas
oo
ha1lában muy
mal
en
1Iungria
y
en Alemania. MaxirníEano no les era fa.
vorable;
y
llegaron
á
haceTse tan odiosos, que los
di–
putados de los Estados que se tuvieron en Austria;
pidieron antes de todo, que se ec4ase del pais
á
los
jesuitas: ele Viena fueron arrojados. Hasta en Roma
molestaron al clero; pues queriendo tener ellos la di–
reccion de
un
nuevo seminario, propuso el general
Laines nnacontribucion sobre todos los ec]esü\sticos
y
los profesores. . Representó el clero al papa contra
tal propósito, indigno d·el honor de la igles1a roma–
na;
por confiarse
la
educacion de sus jóvenes
á
ex–
tranj,eros; porque en
Rom~
no faltaban sujetos
111as
eapaces que
lo:.:;
jesuitas; porque la instruccion que
da–
harr estos uo.era sólida; porque no hacian n1as que
-aun1entar todos los dias las
renta~
de
sus
colejios
á
12spensas del clero;
y
porque si el Santo Padre nó
lo~
repri.rnia, no tardarian en apoderarse
de todas
las
par~
roquia~
de
Roma.
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