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-11-

~'iglo

en

C{UO

toda.via se ct'ein

en

la ornnipotencia

<](."ll·

los papas, Gregorio

XIII

reprobó lo que se habia

di–

cho en perjuicio

de

la compañia., declarándolo falso

y

temerario;

y

so graves penas ordenó, que nadie se atre–

viese

á

ilnpugnar

y

contradecir, directa ni indirecta–

mente, ni bajo protesto de indagar la verdad, el insti–

tuto de la con1pañi.a., sus constituciones,

y

la bula su–

ya en que

e~to

mattdaba, aunque fuera en uno de sus

:1rtículos.

El

colegjo apostólico, verdadera compañia

de

J

esus, no enarboló de esta 1na.nera el estandarte

de

]a c1·uz en las

N

aci.ones.

11.

Adviertan ahora nuestros lectores, que si

los je–

~:mitas

participan de los privilegios de ]as demas órde–

nes, están exentos do sus cargos: no tienen coro; no van

á

las procesiones; están exinüdos de las colectas

para

la refaccion de puentes, n1tuos

&.

nadie puede impo–

nerles tales gravámenes. Son curiosas de leerse en el

padre jesuita llivadeneira las razones en que funda

algunas de estas escepciones, que consideramos en la

obra;

y

baste poner desde ahora en su noticia el modo

con que dá principio

á

la justificacion, diciendo así:

)>

los reprensores de la singularidad de los jesuitas,

>>

unos son herejes y hombres pestilentes; otros

que,

)) aunque católicos, no viven con1o tales, sino que están

»

como sun1idos en sus vicios; otros, y son los mas, que

)) creen lo que oyen,

y

vituperan lo que no entienden;

)) en

fin,

algunos religiosos pagados de

su

instituto,

que

»

n1ideu con una nüsma n1edida las obras desiguales

/>

de

Dios: los ardides de Batanas son muchos.» ¡Exce–

lente rnanera

de

recomendar los privilegios de los

je- –

tsni.tas!

ARTICULO III.

llesistencia

á

la int1·odnccion de la con1pafiin.

12.

No es la contraclicion que se hace

á

una doctri–

na 6

á

un instituto, señal inequívoca de ser reprobable:

no, no, la virtud y el crín1en sufrieron contradicciones¡.

Pero hay reglas de discernin1iento, atendiendo

á

la ín–

dole de la n1ateria, que no puede resistirse

á

un sério