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ARTICULO II.
.J?'nndacion de la
conlpufiia..
·euconlios
de
ella;
~us
p1·lvi!egios.
8.
El
caballero 1nilitar D. Ig11acio de
Loyr ..
..,
heri–
do en la defensa do Pamplona,
leyó
vidas de santos,
y
segun cuentan los jesuitas historiadores, fué favoreci–
do con éxtasis
y
revelacio:pes, hasta llegar á conocer
el
misterio de la Trinidad, sobre el cual en1pezó
á
com–
poner un libro. En un arrobmnieuto que duró ocho
dias, Dios le reveló el plan
y
progresos de la con1pañia;·
y
no falta quien asegure, que escribió los ejercicios, ·
dictando
la
vírgen 1faria. El caballero de Loyola qui–
so despues de convertido, ser caballero de la vírgen
:Niaria,
y
al efecto pasó
la
noche de la víspera en velar
1as armas. Por esto todo acreditaba en él la nobleza
rle su cuna
y
su profesion:
ejetcicios
lla111Ó uno de
sus
libros, y
cmnpañia
la órden que iba á fundar. Otro su–
ceBo acredita 1gualm·ente su espíritu militar
y
caballe–
:i'oso. Viajando para el santuario de Monserrate, seju11.:.
tó
en el camino c-on un moro que habló contra la per–
l)etua virginidad ele Maria;
y
con1o este se hubiese ade–
]antado, quedó
perpl~io
Ignacio sobre si podria venga
e
]a
injuria
~echa
á
la
Vírgen con ]a sangre del n1oro,
y
(lijo-"si la n1ula
en
que voy toma el canüno que ha
llevado el moro, es prueba de que puedo nuüar1e,
y
si
no, no. Por fortuna la n1ula de San Ignacio no to111ó ·
el camino que llevára el n1oro.
Arrebatado de un gran celo, aunque no sien1pre se–
gun la ciencia, por lo que tuvo que sufrir algunos bo–
chornos, empezó
á
estudiar la latüüdad con los niño¡,,
teniendo
ya
treinta años. Constante en sn propósito,
logró hacerse de nueve compañeros, y pidió al papa
raulo III la aprobacion
de su órden:
hubo dificultades,
pero al fin se obtuv-o;
SB
hacia un
enarto
voto
de
obe-:
(LH-encia al papa, _