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- 309-

_pÚdÚ1·on

eiuplearlos: aun cuando se les hubiese suje–

rido la tentacion de hacerlo-no

pudieron, ni qui sü:ron.

Y entónces el argumento habría sido incoú.testable.

Pero el pi;tdre Bonffil ha tomado diferente r.urnbo,

y

dado

á

su discurso otro sentido, seg\111 se manifies–

ta. La inaccion de los jesuitas no ha sido,

á

juicio su–

yo, una simple paciencia, un mero sufrir, que es

1~

ínfima grada en la escala del n1erecin1iento·, sino un

acto reflexivo, sublime, hcróico de la voluntad, que

á

·sabiendas

ha querido

abstenerse de obrar

pttqiendo

hacerlo; ha permanecido en

quietud,

con facultad de

haberlo puesto todo

en

movin1iento;

se ha -resignado d

desen~pe}'tar

el papel de víctima,

un

martirio de abnegacion.

Pudieron

los jesuitas dirijirse

á

Carlos III para

vindi~

caTse; ¿quien se lo impeclia? mas

no quisieron.

Propu–

sieronse ]mitar

á

los .mártires del cristianünno, que

'con merito desde luego por

p~decer,

ese merito no

era sublime ni heróico ni atraía la aureola, sino en

cuaq~o

pudiendo

negar á

J.

C.

quisieron

confesar su

nombre hasta lamuerte. Luego los padres jesuitas

te~

nian en sus n1anos los medios

y

recu:rsos .

é

instrumen-

tos de que hemos hablado.

. .

115. El mismo escritor nos facilita la

intelij~ncia

de varias de sus frases por otras mas claras y termi–

nantes. El dijo-"s sus enen1igos carecían de· dinero,

y

ponían

á

sueldo su conciencia

y

!3HS

taleiltos, ¿por

qué ·no los compraban'? Aquí no se

disc~r~e ~obre ~l

supuesto de ·la acusacion de los adversarios .de los je–

suitas, porque ]a riqueza de

. ~stos

no era

un

supuesto

imajinarir, sino un hecho positivo públÍcp

y

recono–

cido por el misionero apostólico,

qu}~n

c9nfesaba,

que los reverendos padres "necesitaban

mueho, rnucki·

sima

dinero para sus .gastos." Luego, cuando el es–

critor ha

dicho~"si

sus enernigos carecían .de dinero

¿por qué no los con1praban?" daba por cierto, que 'los

jesuitas

tenían

dinero para comprar. Dijo.tambien.-–

''porque no ponia en juego la compañia los

r~cursos

con que

contaba

en 1nuchas otras potencias ele prin1er

orden, que tenían ·si1npatias por ella?"

Cantaban

pues

con tales simpatías y recursos, y

pudieron

echar 1na_no,

de ellos, pero

no quisieron.

En otrp lugar decia-"Si

~os

jesuitas eran omnipotentes en el Paraguay, ¿como

se

concibe que

u~~~~ ~~~~~ ~~?era~~s

se deJaran

preú~