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existian en
la
n1e1noria del pueblo, que era
qu1en de
mas cBrca habia esperimentado sus favores." "El di a
»
de san Carlos, dice el protestante Coxe, cuando el
)>
n1onarca se presentó al pueblo desde uno de sus bal–
))
eones de palacio, y se dispuso á dispensar una
gra~
)>
cia de interes general, con grande ason1bro de la
)>
corte toda y del soberano, las voces y gritos de un
)>
gentio inmenso hicieron llegar
á
sus oidos el vot0
>>
unanime de la la multítud, que pedia
á
su rey el per..
)>miso para que los jesuitas volvieran
á
España." Es–
ta demostracion en la gente que reflexiona, consta
en
la historia con1o una protesta solen1ne
y
pública
hecha por este pueblo."
112.
RESPUEsTA.
El moderno historiador de Carlos
III
se espresa asi con este motivo-"Aquí toda ase–
veracion arranca de un supuest{) fa1so: porque ni en
España existia tal costun1bre; ni el pueblo se intere–
só para la vuelta de los jesuitas; ni Carlos
III
pasó
eu Madrid un solo dia de su Santo. Con evidencia
.~seguró,
que no habia tal costumbre en la época de
Carlos
III
y
que este pasó en el Escorial todos los
dias de su Santo, de los veintinueve años que reinó
en
España. Cuando para
esplü~ar
sucesos que no da–
tan de un siglo, se
f01jan
fábulas de esta clase, no pa–
rece sino que hay propósito firme de desfigurar
la
verdad que se vé
y
se toca, en llevando el entendi–
miento libre
de
alucinaciones,
y
la voluntad
es~nta
de
todo espíritu de partido."
§
3.
o
113. ''Y
¿qué hacian los
jesuitas~
Si n1anejaban
á
los reyes
á
1ned.ida de su voluntad, ¿,por que no se
vindicaron con Carlos
III
arrancandole la venda que
cegaba sus ojos.? Si sus Inas encarnizados enenligos
estaban faltos de dinero y era tan mnantee de él ¿po1'
qué no e1nplearon sus tesoros en cornprar
á
los diplo–
máticos, que ponían su conciencia
y
sus talentos
á
sueldo? Si sus intrigas en Roma los hacian duoño8
de ese cardenalato que debía elejir papa, ¿por qué
li'O
inttigaban para asegurarse de la eleccion? Si querian ·
sostenerse á despecho de las cinco córtes aliada
e
para
~u
destruccion, ¿por qué no
ponían
en juego los .
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