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positus generalern authotitatem ha,bet. regulas condencéi-ju.
bendi jus totwn penes
prmposüwn
erit.
Tal absolutismo
no es solo <le la forn1a sino tan1bién del fondo.
Sí ;
en
el fondo había fl_bsolutisnlo. Debiendo ceñirse
<Í
1
la~
constituciones y cuidar <le su observancia, podia
in~
terpretarlas,
y
sus iuterpretacio11es tenían la 1nisma
autoridad que
las
9onstitucjones, üwultad que, co1no
queda referido, se hizo dar el general Lainez en
un~
congregacion ge11eral, así c.on1o ]a de establecer reglas
él solo.
4. Bien podja ser libre
y
voh1nütrio el voto; pero
ello no bastaba para probar que andando et timnpo
estuviesen contentos los jesuitas bnj o la obediencia
del genera],.
y
"que
vi,~iesen
tan adictos
a
la C0111pa–
ñia, como los antiguos ron1anos
á
su pátria." Ay! N
o.
siempre el sor adictos
á
8U
pátria, es prueba de estar
contentos en ella. Los ciudadanos de una nacion cOJ'l–
qnistadora, por orgullo hacian ostentacion del nonl–
bre que los condtl'cia
á
la victoria. ¿Se daban ·por fe–
.Jices los romanos, estaban sie1npre content:os en ]a
ciudad eterna? Tambien Jos regnlares de las den1as
órdenes muan mucho sn ,instituto,
y
¿se dan por fe-
lices, están contentos todos?
·
Tenia de connu1 la cornpañia de
J
csus con los pue–
blos antiguos su n1anera de ser libre
y
feliz: conlpara–
cion que tendrá sen1ejanza, si al absolutis1no denlo–
crático de las antiguas repúblicas se'sostitnye el abso-
1utisn1o monarquico del padre general. Entónces se
tenia por compatible la libertad política con la sujo..
cion con1pleta del individuo á la autoridad. Todas
las acciones privadas estaban
s01n~tidas
á
una severa
vijilanci~,
y el gobernante n1ortificaba
á
los particu–
lares aun en las relaciones dornésticas. Todo lo con–
trario sucéde en . el moderno sistmna rle
libertad;
pues consiste ella en el derecho d
e ~~o estarsotneti–
do sino
á
]as leyes; e\l uo poder sor 1nolesta.do ni dete–
nido por la voluntad arbitraria del gobet:nante; y en
no sufrir
traba~,
que nntes no se reputaban por inlpe–
dilnontos
ft
la libertad. El republican.o de oti·os tienl–
JlOS
era libre en la vida pública,
y
esclavo en la
pt~iva
da, esc1avo con1o hon1bt·e,
y
libre como ciudadano.
En el siglo XIX deseamos la libertad como hombres