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lY1e11te
sobre
la codicia de hienes
ten1porales:
que na ..
da fué suficiente
á
irnpedir las quejas
y
los abusos,
y
qne Inoeencio
XI
se vió precisado
á
prohibirle
qno
recihicra
novicios~
que priueipes aJictos
a
la
compa–
!nia, tuvierou que estJ·añarla de sus reinos
.á
causa de
:S u
desúrd-en,
y
po1·que
lo
creyeron necesario
.á
la
paz
de los pueblos. Clem.entre no se prestó ciegan1ente
á
]os deseosy solicitudes
de losreyes, que pedían
su
es–
tincion ccnno Inedidá ;radic.al que cortára
Bl
oontajio:
no dió por bastante lo que dijeran ellos
á
su predece–
~or
inntediato,
que
estuvo
á
punto de dcceder, hasta
señalar dia para anunciarlo en consistorio. Al .coü–
tt·ario, dedi
có n1ucho tiellnpo
al
exámen
de
las solici–
tudes
y
de
h.ts-causas
y
razones que reclan1ahan la es–
tinciou de la compañia;
y
despues
ele
convencido
de
· que ella no producia ya los efect-os de su institucion,
y
de que
RU
exi
stencta eraincon1patible con la paz
(le la iglesia, la
estingu.ió. Aquí había funda1nentos
(.le surna importancia, hechos incontestables, el peli–
.g~·~
<le
su conservacion
y
su
incompatibilidad cqn
la
paz.
235. Y
¿cuales son los fundan1entos de
la
bula ·res–
tfLuradora de
Pio VII?
Su cargo era 1nas delicado: de–
!Jia empezar satisfaciendo, destruyendo digán1os n1as
bien, los alegados por Clen1eute;
y
por respeto
á
las ra–
;zones contenidas en el breve de su predecesor,
ó
por
respetn sino
á
la n1isn1a dignidad que .se hallaba en
Pio,
debiera haber procedido con mas circunspeccion
y
Inénos atropelladan1ente. Clen1ente prestára oido,
;rneditara n1ucho antes
de
tomar resolucion, que una
vez tomada, supo
re~petar
su
in1nediato sucesor
Pio
VI,
desrp.intiendo ante los príncipes
la
temeridad
ca–
lnrnniosa, que osára ateibuirle la aprobacion de la con1-
vañia en
la
Rusia Blanca,
y
protestando que ja1nás ha–
ría el menor detri1nento
al
breve de su glorioso
pre–
decesor Clemente
XIV. Al
contrario Pio
VII,
sin
resistencia
se
presta gustoso
á
la indicacion del
lllO–
narca de Rusia, verificando
así
la calumnia que des–
nüutiera Pio
VI,
dándole una vergonzosa realidad,
y
olvidando la desobediencia de los jesuitas en esa
y
otras partes. Y luego en 1814, satisfizo el ardiente
voto de
su
corazon
desde el principio de su pontificado.....
La
eoutrarevolucion
inclnia el
sumario de
las
razo-